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domingo, 2 de noviembre de 2014

Carta de Darío Sevillano





Rincón de las Palmas, Sopetrán Antioquia. Carrera 6 n.° 11-29. Teléfonos 854 13 22 y 320 609 3059


Sopetrán, Noviembre 1º del 2014.

Sr. Dr.
Gabriel Escobar Gaviria.

Apreciado Amigo:

Hoy primero de Noviembre, día de todos los Santos, después de un silencio sepulcral, por espacio de ocho meses, me decido a volver al ruedo de los escritos, porque circunstancias ajenas a mi voluntad, así me lo habían impuesto.

La gratísima sorpresa, es que para esta oportunidad, te estoy haciendo un regalo muy especial: La imagen de nuestra Señora de Sopetrán en bulto.

Recordemos que las personas agüeristas decían: Que Nuestra Señora, no se dejaba esculpir y que solo aceptaba pinturas al óleo, como la que nos acompaña, desde cuando nuestro fundador: Francisco Herrera Campuzano, contrató un óleo, con los grandes pintores de Santa Fe de Antioquia, para que fuera traído a la pequeña capilla del corregimiento en donde nació nuestro pueblo, que para esa época se llamaba: Vice parroquia de Nuestra Señora del Saladito de Córdoba.

¿Pero cuál es la historia de este bulto de Nuestra Señora?

En los albores del año 2012, Doña Ana María Álvarez Peláez, llegó a mi casa con la inquietud de hacer un bulto de la Virgen de Sopetrán y me pidió, fotografías de las vírgenes españolas, de Torre del Burgo (antigua Villa de Hita); Almoharín; Jarandilla de la Vera al sur de España, en los límites con Portugal; y la del santuario de Madrid, a orillas del Río Manzanares, para llevarlos al taller de escultura del Maestro y escultor de fama internacional: Miguel Ángel Betancur T. La imagen fue esculpida en tres o cuatro meses con un barro especial que nosotros llamamos: Barbotina, porque se presta para tostarlo en los hornos, en que se queman los adobes o en los que se trabajan las cerámicas.

Tuve la fortuna de ser llevado varias veces a ese taller, para ayudar con algunas ideas, sobre la esculpida de la imagen y el día que la terminaron, nos reunimos con el maestro director del proyecto, para buscar un baquiano, que pudiera sacar el molde, para vaciar imágenes en serie; pero la persona que buscaron fracasó en el intento y al desmoldar, la imagen se volvió pedazos y todo quedó en el olvido.

Con esa decepción, Doña Ana María vino a mi casa y me pidió el favor de prestar mi taller, para intentar un nuevo proyecto y tratar de hacer unos buenos moldes, para la producción de las imágenes en serie.

Empezamos a trabajar en ella y cuando tuvimos la primera imagen, con diez ángeles a bordo y el árbol de brevas en que Nuestra Señora se apareció en el valle de Solanillos, pero como era muy importante que algunas personas la vieran y expresaran sus comentarios; la mayoría de ellos argumentó: Que la Virgen se parecía mucha a las mujeres de las etnias aborígenes de Colombia.

Destruimos esa cara y empezamos a recomponer el rostro, como si fuera una imagen con cara de virgen, de las que se veneran en los altares, pero cuando nuestros amigos la vieron, dijeron: Está muy bonita, pero se parece a la cara de la inmaculada concepción.

Aplicamos un borrón y cuenta nueva, como decimos los Antioqueños y empezamos a hacer una cara femenina, que fuera más distinta a la Inmaculada, pero nuestros críticos argumentaron: Que se les parecía, al rostro de la Virgen de Fátima.

En semejante apuro, nos dedicamos a investigar, como era de verdad la cara de Nuestra Señora, aquella humilde israelita, con un rostro bonito, pero quemado, como la piel canela, por los ardores del desierto del Asia Menor y encontramos la mejor orientación en una de las antífonas de las vísperas de oficio parvo, si mal no estoy la que conduce al cuarto salmo, que a la letra dice: Nigra sum sed Formosa, filiae Jerúsalem: ideo diléxit, me rex, et introdúxit me, in cubículum suum. Que traduce: “Soy morena, pero hermosa, hijas de Jerusalén: por eso el Rey me amó y me introdujo en su aposento”. Y con esta información en las manos, empezamos a trabajar un rostro que fuera de una mujer morena, pero de facciones muy delicadas y lo logramos, porque esa es la Virgen de Sopetrán que vamos a vaciar, ya el molde está listo, hecho de silicona trasparente y látex, y aspiramos en un mes a producir las primeras imágenes de bulto de la Virgen de Sopetrán.

Es bueno contarte, que a Nuestra Señora, la están acompañando cuatro ángeles y un quinto ángel, posado en el árbol de brevas, en que la Virgen se apareció, sostiene la media luna.

Estas últimas ideas, las tomamos del bulto de La Virgen de Sopetrán que se venera, en Jarandilla de la Vera, pero no pudimos colocar la capa de azul claro, como la tiene esa hermosa escultura, ni pudimos pintar el hábito talar de un color rosado perdido como, hubiera sido nuestro anhelo, porque sabemos que los sopetraneros, no la hubieran aceptado, dada la razón de que la imagen del cuadro, tiene un azul subido en el manto y un sepia oscuro en el hábito.

También tuvimos que montarle al manto unas estrellas, porque hay que recordar que el cuadro de Nuestra Virgen, los feligreses le han regalado unas estrellas de oro, para agradecer algunos de sus milagros.

Servidor y amigo de siempre:




Cédula de ciudadanía: 3'620.074 de Sopetrán 



Imagen de bulto de Nuestra Señora de Sopetrán
Darío Sevillano Álvarez



El bulto con sus accesorios, tiene noventa centímetros de altura y cuarenta de ancho con los ángeles.



Detalle del rostro y los accesorios.

Detalle de la parte inferior del busto.

 Imagen que nos sirvió de inspiración 
para esculpir, nuestro proyecto



Sopetrán, 1.º de Noviembre del 2014.


Se sobraron, Darío, les quedó divina.

Laus Deo Virginique Matri