Sopetrán,
Rincón de las Palmas. Carrera Córdoba #11-29. Teléfonos: 8542021
y 3206093059
Sopetrán, 7 de enero del
2018.
Distinguidos
amigos:
Sopetrán es el
único pueblo de América, que lleva ese nombre, y de verdad, nos debemos sentir
orgullosos de tenerlo, porque revela una historia fantástica de la vida
religiosa del pueblo español.
Fueron muchas las
idas y venidas, que tuvimos que hacer para saber con toda la precisión
histórica, lo que quiere decir ese hermoso nombre: Super petran, que traducido literalmente es ‘sobre piedras’; esa es
la realidad de nuestra historia religiosa, porque Nuestra Señora de Sopetrán
fue una advocación de la Madre de Dios, que se apareció en el valle de
Solanillos en España, que para esa época era un bosque caducifolio mediterráneo,
integrado por higueras, olivos y alcornoques; ahora ese lugar es totalmente
distinto, al que había cuando se apareció Nuestra Señora, porque es su gran
extensión, están construidas cinco ciudades importantes de Nuestra Madre
España.
La aparición fue
una mañana, cuando la aurora despuntaba, según dice el historiador Andrés
Pastrana, claro está, no es el nuestro, que fue uno de los presidentes de
Colombia; y aterrizó, sobre una higuera, que había fijado sus raíces en un
rocadal; por esta razón en la antigua novena, uno de los gozos dice:
El valle de solanillos,
de lágrimas era un valle
y llegando tú a pisalle,
quedó sin ayes, ni grillos.
Lo que traduce que
la Virgen, no aterrizó en el piso, sino sobre el árbol de higuera; porque el
arcaísmo del idioma Castellano: A pisalle,
traduce sin tocar el suelo.
Lo que la palabra
Sopetrán, significa para este caso, es que la Virgen se apareció sobre unas
piedras (las que sostenían el árbol de higuera), para rescatar a unos
cristianos que el infante Alí Maimón, llevaba para la ciudad de Toledo, en
donde estaba el Califato de Al Mamún, para degollarlos delante de él, por
pertenecer a una religión contraria al musulmanismo.
Réplica de cuadro
de Córdoba.
Desgraciadamente,
los dos cuadros de esa escena, que posee la parroquia, no sirven para acreditar
esta historia, porque las administraciones eclesiásticas anteriores a la que
tenemos, la actual es una excepción a la regla, dada la razón de que sus tres
administradores, se preocupan por todo lo que tiene que ver con el culto; están
deslustradas a tal punto, que la de Córdoba, la vieja parroquia, está condenada
a morir guardada en un cuarto de San Alejo, porque sus colores desaparecieron
por completo y la restauración, puede estar valiendo una millonada; y la que
posee la basílica, está en condiciones muy delicadas, porque el agua de lluvias
que le cayeron encima, por goteras de los techos o por malas sacadas en los
días de procesiones, y tal vez, producirá mucha brega restaurarla, por la razón
de que el lienzo, está totalmente desteñido y deshilachado; circunstancias, que
no permiten disfrutar de la historia de los lienzos.
Estas razones,
sumadas a la necesidad de mostrar a Nuestra Señora de Sopetrán, con todo su
esplendor, me llevaron a intentar dos hazañas, totalmente peligrosas, para una
persona, que no es un gran pintor y solo es aficionado a las artes plásticas,
para pintar dos oleos, que puedan cubrir esa necesidad sentida.
En mi caso,
mientras pintaba los dos cuadros, nunca sentí el llamado de la Virgen, para no
permitir que se pintaran las obras, o para que se hicieran con todo el respeto
que una labor, tan delicada, se merece.
Si así lo escribo,
es porque otros pintores, muy reconocidos en las artes plásticas, han
acompañado la pintura de sus cuadros, con algunas fantasías, que hubiera
querido compartir con Nuestra Señora.
Réplica del cuadro
de la Basílica.
El cuadro de
Córdoba, que fue el que nuestro fundador, Francisco Herrera Campuzano, le
regalo a la Viceparroquia, el día 14 de agosto del año 1616 y que en la
actualidad tiene cuatrocientos dos años, lo terminé en el mes de octubre
retropróximo y el que posee la parroquia en la actualidad, que nos lo envío de
España, la reina María de Austria, que gobernaba el reino, por encargo, ya que
su hijo, no tenía la mayoría de edad, que está ajustando unos trescientos
cincuenta años, y que es el cuadro oficial de nuestras actividades religiosas,
lo acabo de terminar, hoy 7 de Enero del 2018.
No son dos grandes
obras de arte, dada la razón de que mi aspiración no pretendía tanta grandeza,
pero en ellas se puede contar la historia verdadera de Nuestra Virgen y con ese
propósito logrado, quedo totalmente satisfecho.
Es muy importante
aclarar, porque el óleo replica, no es igual al que posee la basílica: Las
estrellas, el rosario, los corazones y otras figuras doradas, que tiene el
cuadro, que fueron donaciones de los feligreses, por milagros que nuestra
Señora hacía y que son las responsables de parte del deslustre de la obra, las
suprimí, para poder ver a Nuestra Virgen con todo su esplendor; un pequeño
recuadro que hay al lado derecho de la media luna, es el pasaje bíblico de la
presentación de La Virgen en el Templo de Jerusalén y me dirán; Porque esta ese
pasaje en este cuadro. Así como nuestra Señora empezó a figurar en los relatos
católicos, cuando la presentaron en el Templo de Jerusalén; la religión
católica, empezó a figurar en España, cuando apareció la Virgen Sobre Piedras;
recordemos que España llevaba ocho siglos y medio de dominación de la
civilización musulmana.
Cuando este último
cuadro esté debidamente enmarcado, porque un óleo sin marco no tiene buena
personalidad, los llevaré a mi pinacoteca y estarán a disponibilidad de todos
los sopetraneros, que deseen saber, ese precioso relato.
Darío Sevillano Álvarez
Cédula
de ciudadanía: Número: 3’ 620. 074 de Sopetrán.