¿Cómo nació el año que en la actualidad utilizamos?
Darío Sevillano Álvarez
La historia con la que fueron haciendo el año, que en la
actualidad conocemos, es bonita y muy compleja.
Pero antes de entrar en materia, veamos:
¿Cuáles son los elementos que componen el año?
El año actual está configurado por doce meses;
trescientos sesenta y cinco días, más seis horas; cada uno de ellos, con
veinticuatro horas, los cuales están divididos en doce horas de luz y doce de obscuridad;
y cincuenta y dos semanas.
Para llegar a perfeccionarlo, tal como lo conocemos, los
humanos se han dado tres caídas y un tropezón, analizando los comportamientos
del sol, la luna y las estrellas, porque lógicamente, estos astros, tienen
mucho que ver con la configuración de nuestro año.
También influyeron en su conformación: Los fenómenos
naturales; las diferentes culturas y en ellas influyeron los intereses
políticos, religiosos, sociales y económicos, de cada época.
Hace unos diez mil años, los pueblos de la margen del
Nilo; los persas, y todos los pueblos orientales observaban con mucha paciencia
y con todo el entusiasmo del caso, el comportamiento de los astros durante las
horas de la noche y le ponían especial atención al comportamiento de la Luna,
que a todas las civilizaciones, ha llenado de encantos.
La luna era considerada una diosa por su capacidad de
mostrarse en varias caras a lo largo de sus períodos lunares y por esa razón
ordenaron que se celebrara un día, en su honor, cada que iba a empezar un ciclo
de ella. (Esto equivalía a cada 28 días).
De esta manera, apareció la primera semana, que se
componía de casi treinta días y que, a lo largo de los tiempos, se convirtió en
un mes.
Pero con la continua observación de la luna, los humanos
se dieron cuenta de que cada semana ella cambiaba su cara: Luna nueva,
creciente, llena y menguante, y por esta razón, ordenaron que había que
celebrar esas cuatro fases lunares y así nacieron las cuatro semanas, con un
día de descanso, para adorarla.
Pero mientras esto ocurría, los grandes visionarios
empezaban a analizar cuáles eran los tiempos propicios para sembrar, para
cosechar y para recoger y almacenar sus cosechas.
De esta manera aparecieron las cuatro estaciones:
Primavera, verano, otoño e invierno.
Pero también analizaron que entre una y otra primaveras,
transcurrían doce ciclos de la diosa luna y esto originó los doce meses que
conocemos.
Los nombres de los días y de los meses, fueron heredados
del calendario Juliano, organizado por el emperador: Julio César en el año 46
antes de Cristo. (Es bueno decir que este calendario fue organizado por un gran
astrónomo y filósofo, que se llamaba Socígenes).
Al principio este calendario contaba con diez meses y
empezaba en el mes de marzo, prueba de lo que afirmo es que el séptimo mes era septiembre;
el octavo era octubre; el noveno era noviembre y el décimo era diciembre.
Pero con estas características, el año Juliano tenía un
desfase con los ciclos astronómicos y por esa razón se le agregaron dos meses,
al principio, enero y febrero.
Y en esta forma fue adaptado al viejo calendario de los
egipcios, que tenía 365 días y había uno años bisiestos, es decir con dos
números seis, de 366 días, cada cuatro años, porque este día aparecía de las
seis horas, que sobran en el ciclo de la traslación de la Tierra, al rededor
del Sol, cada año.
Pero este calendario, continuaba con un error en la suma
de los días y por esa razón el papa Gregorio XIII, en el año de 1582, le hizo
unas reformas.
Este papa se hizo famoso por sus reformas y ordenó que el
año empezara el día primero del mes de enero, porque el año empezaba en marzo.
Hay entre la gente una prohibición
de llamar «primero» al primer día de cada mes, prohibición que no ha sido
ordenada por la Real Academia Española, por el contrario, la primera acepción
de la palabra «primero» en el Diccionario de 2013.
¿Cómo aparecieron los nombres de los días de la semana?
Fueron las culturas griega y romana, las que designaron
esos nombres para los días de nuestra semana:
El lunes, era el día de la luna; el martes era el día de
marte; el miércoles, era el día de mercurio; el jueves era el día de júpiter; y
el viernes era el día de venus.
La palabra sabbat, traduce ‘el día del descanso’ y la
palabra domingo, traduce ‘el día del Señor’; pero es bueno contar esta anécdota:
El emperador Constantino, que adoraba el dios Mitra, tuvo
un sueño con su dios que era el sol y el astro contenía una cruz; una voz le
dijo: “Con este signo vencerás” y él tuvo grandes éxitos con la cruz y se
convirtió a la religión católica y por eso se puede relacionar el día domingo
con el
Sol.
Esta es otra explicación que dan algunos científicos
sobre el origen de los nombres de los días de la semana.
Ahora miremos cómo aparecieron los nombres de los meses:
Enero.
Éste fue el primer mes que se tuvo que añadir.
Su nombre antiguo era Ianuro,
en honor al dios Iano, que era el protector de puertas y entradas.
A esta divinidad
se la representaba con una vara y una llave.
Como curiosidad, el comienzo de año se celebra en enero
debido a la campaña de Hispania, que necesitaba de los cónsules con previsión y
estos solo podían ser elegidos con el nuevo año.
Por la necesidad de organizar su estrategia, el comienzo
del año pasó de marzo a enero.
Febrero.
Incorporado en segundo lugar por Numa Pompilio, lo dedicó
a Plutón Februo, para que éste aplacara sus
iras.
También se dice que su nombre proviene de las fiebres que
daban, cuando terminaba el invierno.
Marzo.
Proviene de Marte, dios de la guerra, porque en este mes
se iniciaban las campañas bélicas de las legiones romanas.
Abril.
Procede del
término griego afros, que significa ‘espuma’, de la que surgió Venus.
Este mes se dedicó a la fertilidad.
Mayo
Es un homenaje a los ancianos o protectores del pueblo,
ya que deriva de la palabra latina majorum,
que significa ‘mayores’.
Otros atribuyen su nombre a la diosa Maya, la esposa de
Vulcano.
Junio
.
Representado como un segador de heno, supone un homenaje a los
jóvenes, ya que proviene del término latino junior.
Julio.
Julio César le dio su nombre, ya que él nació en este
mes.
Debido a que era la época en que se llevaba a cabo la recolección
del trigo, se
representaba con un segador practicando esta faena agrícola.
Agosto.
Rinde homenaje al emperador Augusto, que eligió este mes
para que llevara su nombre debido a que fue cuando derrotó a Cleopatra y a
Marco Antonio, sus mayores enemigos.
Inicialmente constaba de treinta días y se llamaba sextilis; Numa Pompilio le quitó un día
y Julio César le añadió dos más.
Septiembre.
Como al principio ocupaba el séptimo lugar (septem, en latín), conservó su
originaria denominación a pesar de haber pasado al noveno puesto.
Diferentes escenas de vendimia representan este mes,
dedicado al dios Vulcano.
Octubre.
En este caso, ha conservado también su nombre original de
la época de Rómulo, del término latino october,
octavo.
Tanto la vendimia como la siembra, tareas de la época que
marca, servían para simbolizarlo.
Noviembre.
Mientras que su denominación ha perdurado desde que
ocupaba el noveno lugar (noviembre), sus días sufrieron cambios hasta la
llegada de Augusto, quien los dejó en 30.
A pesar de estar en el último puesto, se le sigue
conociendo por la décima posición que ocupaba originalmente.
Este es el mes más alegre del año, porque en él, se
celebran las fiestas de la Navidad, que son un acontecimiento mundial
Sopetrán, 23 de diciembre del 2018.