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sábado, 9 de febrero de 2013

Visita a Sopetrán y a Horizontes II


Las veredas de mi pueblo
Darío Sevillano A.
Quinto informe.
El corregimiento de Horizontes.

Ayer, 23 de enero del 2013, tuvimos una gratísima visita:
Los doctores Raúl Tamayo Gaviria, Luis Fernando Múnera López y Gabriel Escobar Gaviria, personajes muy distinguidos de nuestra sociedad, que tenían el deseo de hacer un tour, por uno de los miradores, con que cuenta nuestra extensión territorial:
El corregimiento de Horizontes.

En la fotografía, posan de izquierda a derecha: el doctor Múnera López, el sacerdote que administraba la parroquia de Nuestra señora la inmaculada Concepción y el doctor Raúl Tamayo, ilustre político de nuestro querido Sopetrán.

Complejo del templo parroquial y la casa Cural.

Vale la pena destacar que el corregimiento es un lugar tranquilo, libre de problemas sociales o religiosos.

Un poco de historia:

Recordemos que Horizontes fue fundado en la primera mitad del siglo XX cuando cuatro familias de la región construyeron sus casas en esta cuchilla de la serranía de Palogrande, bajo el nombre de La Chapa, porque a las personas que allí vivían y a los que venían a temperar el viento frio les quemaba las mejillas y a ese fenómeno físico le llamamos chapas.


Fue monseñor Miguel Ángel Builes, obispo de Santa Rosa de los Osos, que en una visita pastoral, le puso el nombre de Horizontes, por la circunstancia del panorama tan extenso que de allí se divisa.

En medio de una revoltura de órdenes arquitectónicos,
la majestuosidad del templo, resulta muy agradable.

El altar central, de una simplicidad espectacular, pertenece al arte moderno.


Dos querubines acompañan al Santísimo en su pequeño retablo.

Este es el bautisterio, situado en un bajo nivel,
como ven, tiene una pileta de inmersión.

Este es el viejo confesonario, ayer me enteré de que le cambiaron el nombre por «sala penitencial» en aquellos templos en los cuales se habilita una salita en la que queda una mesa con dos asientos y la confesión se hace entre dos personas sentadas: el sacerdote y el penitente.
Todas las formas arquitectónicas del templo son de una buena simplicidad.

Así luce la nave central del templo.

Esta es la patrona, Nuestra Señora Inmaculada, cuya festividad nos recuerda las velitas del 7 de diciembre y su gran celebración del 8 del mismo mes.

¿Quién no la reconocerá? Nuestra Señora del Monte Carmelo,
es una de las viejas advocaciones de Nuestra querida Madre.

Al salir del Templo, se nos atravesó
el corregimiento de Llanadas que pertenece al municipio de Olaya.
Es una panorámica impresionante; los españoles le dirían: Vista de Llanadas.

El gatito de la casa parroquial, estaba feliz, con nuestra visita.

Así luce un lateral del edificio, en donde se albergan
los estudiantes de educación secundaria.

Aspecto de la calle principal del corregimiento. Si ya observaron sus casas están muy bien pintadas; tienen los jardines en las aceras y colgados de los alares y algunos zócalos, son fiel imitación de los que hay en la ciudad de Guatapé.

Esta es la parte norte de la calle principal.
Fíjense en el aseo y la buena presentación de caserío.

Así luce, la parte oriental del Templo.

Este es el patio interior del colegio en donde se albergan los estudiantes de secundaria, observen la belleza del jardín y el aseo de la institución.

Este es el culto personaje, que nos recibió, nos enseñó las instalaciones y nos regaló, mucha información acerca del corregimiento. Según nos explicó, en la institución, no existe la figura de rector, solo es el que coordina la función educativa y suponemos, que es el representante del rector, al que el colegio está anexado.

Verónicaluce, una amable profesora que también nos atendió y nos entregó un documento histórico publicado en el artículo anterior.

Verónica nos llevó a la sala de informática de la institución.

Esta distinguida y amable profesora, oriunda del corregimiento, nos explicó cómo tienen que defenderse con varias materias, para poder copar el pensum oficial, pero cuando uno quiere las instituciones, las trabaja con alma, vida y corazón.


Sus alumnos, son cultos, respetuosos y muy disciplinados, si así lo afirmo, es porque en otras venidas al corregimiento, me ha tocado trabajar con ellos y eso si que es un espectáculo.

 Este es otro de los grupos que ella maneja.

Observen la composición de este bloque de aulas.

María, en la advocación de Nuestra Señora de Fátima
preside todas las actividades educativas.

Esta es la placa polideportiva del colegio.

Este es el frente de la casa.

Así luce el cobertizo de la placa.

Nélver, parece como si estuviera presentando un juramento

Camino de casa: es hora de almorzar.

Traje algunas muestras de los jardines colgantes.
Recordemos a la vieja Babilonia.

Los colores cálidos juegan por todas partes.

¿Cómo ven este cortejo?

Al café le pudiéramos decir «los granitos dorados»,
porque son la base de la economía de la región, al pie de la ganadería.

Observen esta policromía.

El cerro que está cubierto por las nubes, es el alto de la silleta, c
on 2.800 metros sobre el nivel del mar.

Por este callejón, entramos a la otra calle,
que apenas esta surgiendo.

Así se organiza el nuevo espacio público.

Estamos en la recta final de la calle principal.

Este es el espacio de los niños.

Estas son las instalaciones del centro de salud.

Esta es la puerta de entrada.

 También la educación primaria, tiene su propio palacio.

Este tulipán, nos muestra la grandeza de la creación.

Este antiguo tronco de pino es un testigo mudo de un pasado mejor.


Miremos el último recodo de la calle principal.


Esta es una escena sin palabras.
 

A lo largo de la caminata por las calles del poblado, observamos que los gallos de riña, son un hobby predilecto de los habitantes del caserío.



¿Cómo les parece su majestad, esta fiel
representante, de la mula antioqueña?

Para despedirnos, observamos a los niños de la primaria
constatando sus tareas.

Este zócalo en alto relieve, nos muestra, una fiel copia de los que hay en la ciudad antioqueña del mar interior.


Cuando empezamos a descender de los dos mil metros sobre el nivel del mar, les dije a mis invitados, que íbamos a llegar al sitio más histórico de la región: la hacienda La Siberia, en donde había nacido el genio de la modalidad de los puentes colgantes, don José María Villa, ellos mostraron mucho interés, por conocer el lugar.
A la llegada, cinco perros nos reciben con la algarabía propia de los buenos guardianes de sus hogares, pero cuando nos olfatearon y supieron que éramos gentes de paz, se solidarizaron con nosotros y nos condujeron hacia sus dueños.


Los moradores del lugar, personas a las que conozco de toda la vida, paralizaron sus faenas del campo y se dedicaron a atendernos.
Estas son las imágenes que pudimos captar de lo que fuera el hogar de nuestro ilustre genio; la puerta que aún es la misma, indica la entrada a la habitación, en donde nació Villa.



Me pregunto:
¿Habrá alguna institución pública, privada o internacional, que nos pueda tender la mano, para que libremos del olvido, este lugar tan importante para los sopetraneros?
Es inaudito que nadie se haya dolido de esta casa, en que un día brillo la luz del saber con un genio que la daría mucha gloria a sus paisanos; a la ingeniería y a la humanidad.

 

Desde su patio, se divisa en lontananza el puente que más gloria le dio al departamento, porque unió a la Antioquia pobre, con la Antioquia rica.

Observen el valle del Cauca, entre las cordilleras occidental y central.


El hijo de una de las señoras que habitan el lugar, que dejó sus trabajos, para venir a saludarnos, acaricia su perro y nos escucha con mucha atención. Cuando le preguntamos a este joven bachiller por la carrera que deseaba estudiar, nos contestó sin vacilar que quería ser ingeniero. ¿Andará aún el espíritu de Villa por esos lares?



Sopetrán, 24 de enero del 2013.
*

1 comentario:

LUIS FERNANDO MUÑOZ VAHOS dijo...

Hola, donde puede encontrarse un poco más en detalle la historia de la fundación de Horizontes. ¿Las cuatro familias eran de que apellidos ? Saludos. Luis Fernando Muñoz Vahos