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lunes, 12 de octubre de 2015

Pinacoteca Municipal Sopetranera. 1

Primer archivo

José María Villa V.



Biografía de José María Villa

José  María Villa Villa, fue un ilustre sopetranero, que nació en el año de 1850, en las montañas sopetraneras que pertenecen a la serranía de Palogrande, en la finca llamada la Siberia, que en la actualidad pertenece al corregimiento de Horizontes, que para la época del nacimiento de Villa, no existía.

La humilde casa en que nació, no existe en la actualidad y la referencia que damos, como casa de nacimiento, que está a pocos metros de la que desapareció, es la vivienda en donde Villa pasó parte de su infancia y luego, cuando llegó de los Estados Unidos de América, habitó en ella algunas veces, cuando hacía compañía a sus familiares.

Los padres de José María Villa fueron: Sinforiano Villa Vergara, que era un eminentísimo médico y excelente abogado, fue un buen político y según algunos biógrafos de Villa, militó en las filas del partido Liberal colombiano; su madre era Doña Antonina Villa Leal una matrona de la época.

Como dato curioso, fue Villa uno de los alumnos del eminente sopetranero: Juan Nepomuceno Villa, el hombre sabio de quien se dice que montó en su casa, hoy el sitio de la casa parroquial, una especie de academia de ciencias y artes, para ayudar a la juventud sopetranera, a salir adelante en la ardua terea de las letras, porque para esos tiempos, no había en la ciudad, ningún intento de plantel educativo.

Cuando monseñor Francisco Medina Pérez vivía, en una charla muy amena que sostuve con él, me decía, que la fecha que acompaña la placa de restauración del liceo José María Villa, que en la actualidad está en un muro de la casa en donde restauró el plantel educativo, lleva esta  fecha de 1850, acompañada de una estrella, para significar: Que en ese año brillo por primera vez en Sopetrán la luz del saber, que era la casa del señor Juan Nepomuceno Villa.

Cuando sus padres y su tutor, descubrieron que Villa, con escasos 14 años, era un genio para las ciencias exactas, don Sinforiano, tomó la decisión de mandarlo a la ciudad de Medellín, al colegio del Estado, en donde se destacó, como buen matemático y alumno con unas dotes especiales de líder.

Con esas importantes manifestaciones científicas de nuestro paisano, un hombre ilustre del departamento, el general Pedro Justo Berrío, se prendó de sus virtudes y se convirtió en su protector y uno de sus mentores; gracias a estas influencias, porque debemos recordar que el general Berrío, alcanzó a ser gobernador de Antioquia, José María, recibió el patrocinio para cursar estudios en los Estados Unidos y fue así como se matriculó en el instituto: Stevens de New Jersey, entre los años 1876 y 1879.

No podemos pasar por alto, la circunstancia especial de que uno de los profesores del colegio de Medellín en que Villa estudiaba, el matemático francés: Eugenio Luts, también se declaró un gran admirador de nuestro genio y esas influencias sirvieron para el progreso de Villa, a partir de esos años.

Uno de los acudientes que Villa tenía, era un buen paisano y eminentísimo investigador, el doctor Manuel Uribe Ángel, que dejó huellas indelebles, en sus obras de ciencias sociales y biológicas, a nivel internacional.

Es de mucha importancia contar que en su permanencia en los Estados Unidos, Villa tuvo la fortuna de recibir un mensaje escrito, que conservó por muchos años, en el cual el eminente investigador e inventor de muchos de los adelantos científicos que gozamos en este momento Thomas Alva Édison, lo invitó a que fuera su ayudante de trabajo; pero Villa declinó la invitación, porque carecía de tiempo para hacerlo.

Una infortunada circunstancia, las guerras que se sucedieron en Colombia a finales del siglo XIX, puso en apuros a nuestro genio, porque el Estado colombiano, no podía seguir girando los dineros, para pagar sus estudios; pero como a los genios, nadie los opaca, se ingenió la manera de costearlos por su propia cuenta dictando clases de español, oficio que no le proporcionó la renta necesaria, para mantenerlos y fue en ese momento difícil, en que se ocurrió una idea de locos: Proponer al consejo directivo del Instituto en donde estudiaba, que para no fracasar en su empeño, le indicaran cuáles materias tenía que preparar y que le concedieran la forma de presentar un examen final de ellas, para adquirir su título.

La directiva del plantel estudió la propuesta de Villa y como era un genio especial, le concedieron lo que pedía; Nuestro hombre consiguió los textos de las materias y los llevó a su pequeño apartamento y cuando los tuvo bien leídos y comprendidos, se presentó a las pruebas finales y las aprobó.

A su regreso a Colombia, Villa fue llamado por el entonces gobernador de Antioquia, el doctor Marceliano Vélez, el cual le propuso que analizara la forma de construir puentes sobre el río Cauca, para lograr que la Antioquia pobre de occidente, pudiera progresar como la Antioquia rica de oriente; fue en ese momento en que Villa se dedicó a recorrer la margen derecha del Cauca, desde La Pintada, hasta Caucasia y encontró cuatro posibilidades, de anclar esos importantes medios de comunicación, para conseguir el progreso del departamento.

Los cuatro puentes fueron construidos en un tiempo record de cinco años y es importante decir que el ingeniero Villa, asistía su construcción en simultáneo, a lomo de mula y en cada obra tenía un hombre de confianza, al que le daba las orientaciones del caso, para trabajar, mientras él no estaba.

Las obras construidas fueron: El puente Iglesias, entre Fredonia y Jericó; el puente de Pescadero, entre Yarumal e Ituango; el puente de La Pintada, entre Santa Bárbara y Valparaíso y su obra cumbre el puente de Occidente, entre Santa fe de Antioquia y Olaya.

Más tarde fue contratado para hacer los anclajes de un puente sobre el río Grande de la Magdalena en la ciudad de Honda, a este puente se le conoce con el nombre de Navarro.

Mientras esto ocurría, se estaba construyendo el puente de Brooklyn en Nueva York, pero un acontecimiento fatal, la caída y fracturada de la columna vertebral, del Ingeniero que lo estaba dirigiendo, obligó a las autoridades de ese estado a buscar a Villa, por recomendación del instituto Stevens, para que terminara las obras de esa importante estructura.

Entre los años 1900 y 1913, Villa fue profesor de artes y oficios de la facultad de minas de la universidad de Antioquia en donde brillo con lujo de competencia y aún sigue brillando por sus dotes de buen docente.

Nuestro genio matemático murió en el año de 1913 y la honorable Asamblea Departamental de Antioquia, quiso honrar su memoria, en el año de 1926, con la fundación del instituto José María Villa, el cual tuvo que cerrar sus puertas en el año de 1929, por la depresión económica que hubo entre las dos guerras mundiales; pero en el año de 1941, el Sacerdote Francisco Medina Pérez, restauró la institución, que hoy es orgullo de los sopetraneros.



Sopetrán, 4 de octubre del 2015.




Cédula de ciudadanía: 3’620.074 de Sopetrán.


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