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lunes, 9 de mayo de 2011


El Colegio José María Villa
y su larga historia
Darío Sevillano Álvarez
Cuando hacemos las veces de historiador, corremos la suerte de perder popularidad con algunas personas, porque tenemos que manejar los hechos históricos con mucha imparcialidad y sin el menor asomo de pasión.

Esta es la casa en donde funciona en la actualidad la Institución Educativa José María Villa. Es bueno contar que en el momento actual la están poniendo bonita, para la celebración de sus 70 años de restauración de la Institución.
Si quisiéramos decir cuántos años tiene de fundado, serían 85 después de la creación por la Honorable Asamblea Departamental de Antioquia.
El Colegio José María Villa, empieza su larga carrera a mediados del siglo XIX, cuando un ilustre Sopetranero, preparaba a los jóvenes que salían de los estudios primarios, con idiomas y materias como las Matemáticas, la Filosofía, las Ciencias Sociales y las Ciencias Naturales para que pudieran capacitarse en los grandes centros de Medellín y de Bogotá. Por ésta razón, el padre Francisco Medina Pérez dejó la fecha de 1850 y una estrella que para él, significaba El saber. La placa se colocó, en la casa que en la actualidad es de los hijos del Señor Juan Pablo Muñoz Gallego.
Luego, en la misma placa, el padre Medina, habla de una restauración que le hiciera al liceo, que ya había sido fundado por la Honorable Asamblea Departamental de Antioquia, por medio de la Ordenanza 25 de 1926, para hacer memoria del genio constructor de puentes colgantes, nacido en la jurisdicción del corregimiento de Horizontes, en la finca, la Siberia, el ilustre doctor don José María Villa. Esto estaría diciendo que el padre Medina, que era un hombre justo y humilde, sólo se declaraba restaurador del Liceo.
Para que se vea, que lo que estoy contando, es un acontecimiento real, voy a recordar los nombres de unos Sopetraneros ilustres que influyeron en la creación del liceo: don César Villa Gaviria y don Arnulfo Gómez L. El primero hijo de Sopetrán y el segundo casado con una importante Dama de nuestra sociedad, la Señora doña Oliva Viera Tamayo.

En esta casa empezó el Instituto José maría Villa que creara la Honorable Asamblea Departamental de Antioquia.
El Liceo de que estoy hablando, funcionó en las instalaciones en que hoy funciona el Hogar Sagrado Corazón, que era propiedad de don Jesús Gaviria, y que luego fue comprado por monseñor Gerardo Martínez Madrigal y el Señor Gustavo Gaviria Blair, para montar el orfanato.
El primer rector del liceo José María Villa fue el Señor Agustín Emilio Callejas Llano, quien contrajo matrimonio, con la Señora doña Lía Viera Tamayo.
Fueron profesores del citado liceo, los señores: Emilio Aguilar Arango, que hacía las veces de vicerrector, don Abel Arango, oriundo de Amalfi, don Eleazar Montoya, nacido en La Estrella, don Rafael Ramírez de San Andrés de Cuerquia y los señores Luis Bermúdez, Martiniano Pineda y José Rendón. Algunos de éstos ocuparon la rectoría de tan importante claustro.
El Instituto José María Villa, fue clausurado, en el año de 1929, por la falta de fondos para pagar sus profesores, debido a la quiebra de la bolsa de Nueva York, por la recesión económica que se presentó entre las dos guerras mundiales.
Más tarde once años después, el día 12 de mayo de 1941, el liceo fue restaurado por el ilustre levita, Francisco Medina Pérez, educador de indiscutibles méritos, que había llegado a la ciudad, por una penosa artritis, de la cual se alivió, gracias a las bondades de nuestro clima cálido y a las picaduras de las abejas de castilla que él manejaba en su hogar.
Años después, el padre Medina fue elevado a la dignidad de monseñor para premiarle todos sus méritos.
Es bueno anotar que el colegio inicio sus labores en la casa en donde está la placa de que les hablo en la calle Luciano Carvalho con carrera Girardot.
También es bueno contarles, que las tierras en donde funciona el vivero y las instalaciones de la Normal, fueron compradas por el padre Francisco Medina con los dineros de una campaña que realizó con los padres de familia y con los alumnos con el fin de tener unas vacas que garantizaran la leche, los quesitos y la mantequilla para los alumnos internos. Esta finca fue manejada por el distinguido profesor don Rubén Gutiérrez.

En esta casa de la calle Luciano Carvalho, fue restaurado el Instituto José María Villa, por El Presbítero Francisco Medina Pérez, el 12 de mayo de 1941. Esta nueva obra apareció con el nombre de: Liceo José María Villa.
Cuando el Departamento, tomó las riendas del Liceo, como se le llamaba en ese tiempo, se apropio de la finca y se la asignó a la Secretaría de Agricultura, este hecho nunca fue bien justificado.

Esta es la placa que conmemora la restauración del Liceo José María Villa. Valdría la pena que alguien se acordara de ella, le repisaran las letras y le tumbaran la cal que los oficiales de mala calidad le han aplicado.

Esta es la casa museo, en donde vivió el ilustre levita presbítero Francisco Medina Pérez.
Anexo fotografía muy deslustrada y mal tratada, de la placa que conmemora la restauración de nuestro Liceo, que fue gloria de los sopetraneros, de los antioqueños y de la Nación entera, porque fue semillero de hombres ilustres de toda la comarca.
Recordemos que de nuestro liceo surgieron hombres muy ilustres que engalanaron la Nación, en puestos públicos de todas las ramas y oficios.

Loor a la memoria de este ilustre sacerdote, que nos regaló el Liceo José María Villa, uno de los grandes templos del saber de nuestro pueblo.

Sopetrán 15 de marzo del 2008

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