Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

miércoles, 9 de marzo de 2011

Carlos González Gaviria. Centenario de su Natalicio

Hace 100 años
Dios inició una obra en Sopetrán
en pro de la niñez desamparada

1911 31 de marzo 2011
Gabriel Escobar Gaviria

¿Qué podría haberse imaginado el padre Emigdio A. Palacio que aquel muchachito que estaba bautizando ese lunes 3 de abril de 1911 llegaría a ser el don bosco paisa? ¿Qué podrían haberse imaginado los abuelos paternos don Gregorio González y doña Victoriana Gutiérrez, los padrinos, que aquel niño, que ahora lloraba mientras le caía el agua bautismal en la pila de la iglesia de Nuestra señora de la Asunción de Sopetrán, calmaría el llanto de muchos niños de la calle en Medellín?

Dios, cuatro días antes, el 31 de marzo de 1911, había mandado a este mundo a un emisario que habría de hacerles mucho bien a los niños pobres de Medellín y que iniciaría una obra que después de su temprana muerte se engrandecería por el cuidado de la Congregación Salesiana. Esa obra es Ciudad Don Bosco.

No importa que no esté en el libreto, pero no puedo dejar de asombrarme por las coincidencias que ese bautismo tiene con el mío. El padre Palacio me bautizó a mí en la misma pila 35 años y 20 días después de haber bautizado a Carlos María González Gaviria y yo también tenía cuatro días de nacido cuando eso ocurrió.

El hogar al que llegó Carlos María González estaba conformado por Carlos González Gutiérrez y Carmen Emilia Gaviria Villa. Don Carlos, un hombre público belmireño a quién su pueblo honró con perpetuar su nombre en la escuela rural de la vereda. Doña Carmen Emilia Gaviria Villa, hija del general Rubén Gaviria Duque y de doña Clementina Villa Muñoz. Fueron los hijos de este matrimonio Maruja, Carlos María, Gabriel Ignacio, Alberto, Jesús Enrique y Eugenia. Gabriel Ignacio y Alberto también son sacerdotes, el primero salesiano, como su hermano Carlos y el segundo, franciscano de quien ya tenemos una entrada en el blog.

Vuelvo a salirme del libreto para contar que fue por Carlos María que yo conocí la Congregación Salesiana a la que le debo mi educación religiosa y moral.
Después de este preámbulo ¿No se han dado cuenta de que estamos a tres semanas de conmemorar el centenario del nacimiento de Carlos González Gaviria? La ciudadanía sopetranera se debe sentir orgullosa de tener entre sus coterráneos un hombre que inició una obra y que merece ser honrado por el Municipio, pues en adelante los que no sabían que Ciudad don Bosco había pasado por Sopetrán, ya lo saben. Sentirnos orgullosos de Ciudad Don Bosco, obra y pensamiento de un sopetranero, es lo mismo que sentirnos orgullosos de Hogares Juveniles Campesinos obra y pensamiento de otro sopetranero-urraeño, monseñor Iván Cadavid, con dimensiones similares.

Voy a dejar que sea el padre Bernardo Vélez R. el que relate los rasgos más importantes de su vida, extrayéndolos de la Carta Mortuoria que escribió a la comunidad en enero de 1970 tres meses después de la muerte del padre Carlos.

«El trato frecuente con beneméritos salesianos, la admiración de su apostolado dedicado casi exclusivamente a los niños pobres, y la lectura de la biografía de San Juan Bosco, llevaron al Carlos González a la decisión de ingresar a la Pía Sociedad Salesiana para, a su vez, hacer lo que hacía Don Bosco y lo que veía hacer a sus hijos. Vivió la gestación de la obra salesiana en Medellín, siendo testigo de la ternura con la que el padre César María Cesari salía, en noches lluviosas, a recoger niños desamparados que dormían en las calles cobijados con periódicos y retazos de afiches y llevarlos a la que en aquellos tiempos se llamaba “Quinta de Santa María” donada por la sociedad medellinense a la Congregación Salesiana para sus labores caritativas y educativas. Por ello, años más tarde, ya sacerdote luchó tan tenazmente para recobrar, para los niños pobres, lo que directores muy progresistas habían empleado para niños pensionados.

»Desde el momento de su ordenación sacerdotal que recibió de manos de monseñor Juan Manuel González el 4 de diciembre de 1938, puso al servicio de ese apostolado distintivo de los salesianos, todas las grandes cualidades con que Dios lo dotó: magnífica memoria, amplia inteligencia, dotes para la oratoria. Para la música y para el teatro. Los superiores valoraron sus aptitudes y le confiaron puestos de responsabilidad. Así lo vemos ejercer la autoridad como director de los colegios de Tuluá, San José de Ibagué y la escuela agronómica San Jorge en la misma ciudad.

»Cuando el ilustre padre Julio Caicedo Téllez, nuestro primer obispo, salesiano de Colombia, fue consagrado para la sede episcopal de Barranquilla pidió al padre inspector, José Bertola, que le facilitara como secretario de la diócesis al padre Carlos González Gaviria. El padre Carlos Se trasladó a esa ciudad y desempeñó el cargo juntamente con el de organizador del Seminario Conciliar durante varios años.

»El Capítulo Inspectorial de 1952, que debía nombrar delegado para el Capítulo General del mismo año designó al padre Carlos para tan honrosa dignidad.

»La visita que en ese viaje hizo a la casa natal de don Bosco y al Santuario de maría Auxiliadora lo impresionaron de tal manera que avivaron su amor a la niñez pobre y abandonada y regreso resuelto a darse de lleno a lo que había sido , como para Don Bosco, su estrella polar en la selección de apostolado.
»Llegó a la misma casa donde de niño había gustado la salesianidad a la llamada Escuelita de San Juan Bosco de Medellín. Constató la carencia de organización y de preocupación más decidida por esos niños sin techo y sin afectos y, con la autorización de sus superiores se consagró sólo a ellos.

»¡Qué dificultades habría de superar! Cuántas luchas, desilusiones e incomprensiones, más agudas cuanto venidas de sus propios hermanos de comunidad. Pero “el amor todo lo soporta, todo lo vence”. . Y por años acarició su sueño: Construir la ciudad del niño, la Ciudad Don Bosco, albergue para centenares de niños ambulantes sin horizonte por los barrios más pervertidos de la urbe industrial.

»En 1966 se logró la erección canónica de la casa Ciudad Don Bosco como obra independiente, con personal propio. Se puede decir que de ahí en adelante el sueño del padre Carlos comenzó a hacerse realidad. La Providencia Divina se hizo palpable y la obra avanza con frutos consoladores . Aún está en vía de construcción y desarrollo, pero marcha al ritmo de la caridad que es inextinguible.

»El Gobierno condecoró al padre Carlos con la medalla Camilo Torres, destinada a quienes sobresalen en la labor educacional, en reconocimiento a sus beneméritas actuaciones en pro de la juventud desamparada.

»La actividad incesante y la preocupación por dar avance rápido a la obra minaron la salud del padre en forma tal que, pese a su espíritu optimista lo llevaron a la tumba cuando sólo contaba 58 años de edad.

»Soportó cristianamente un mes de sufrimientos en la Clinica Cardiovascular de Medellín, donde día a día veía apagarse ese dinamismo que lo caracterizó, y el 22 de septiembre de 1969 a las 5:15 a. m. rodeado de sus familiares y asistido espiritualmente por sus hermanos sacerdotes presentó su alma al Señor en la blanca patena de las manos de María Auxiliadora , su gran amor de todos los años de su vida.

»La oración fúnebre más elocuente y elogiosa la hicieron los centenares de niños pobres y los ex alumnos por él beneficiados que regaron con lágrimas su féretro e incensaron con lágrimas la tumba donde reposa. Un nutrido, sincero y fervoroso cortejo de admiradores, bienhechores y amigos lo acompañaron hasta su última morada.

»Días después de su deceso la Honorable Asamblea Departamental de Antioquia, por Resolución fechada el 12 de octubre, unánimemente aprobada, guardaba un minuto de silencio en homenaje al ilustre salesiano desaparecido y ordenaba que el primer instituto que se fundara en el departamento perpetuara el nombre del padre Carlos González Gaviria y que fueran pagados, cuanto antes, los dineros aprobados en la legislación anterior para auxilio de la Ciudad Don Bosco.

»Creo deber mío antes de poner punto final a esta carta mortuoria resaltar entre mis hermanos de comunidad las características más salientes del padre Carlos: su jovialidad y sentido del sano humor para hacer agradable y humana la vida de los que con él convivían; su profundo amor a María Auxiliadora y a Don Bosco a quienes atribuía todo el bien que hacía. Solía decir: “No son nuestras habilidades las que entran en juego en los éxitos, es trabajo de don Bosco y de María auxiliadora que nos usan como instrumento”.
»Para mí fue un maestro en el arte de saber confiar en la Divina Providencia cuando apremiaba la escasez de medios económicos. Finalmente, su amor práctico a los pobres y a los niños abandonados; para ellos su caridad no tenía barreras.

»Por ello confiamos en que la obra por él soñada siga prosperando y que su ejemplo tan a tono con las recomendaciones del Vaticano II y del Documento de Medellín atraigan a numerosos jóvenes a engrosar las Filas de los seguidores de Don Bosco, apóstol de la niñez pobre, fundador de una comunidad que tiene como finalidad primordial la santificación de sus miembros por medio del ejercicio de la caridad , preferentemente con los jóvenes más pobres.

»Para que sobre la tumba del padre Carlos florezca siempre la paz eterna y sobre su obra, el éxito y el progreso, pido a todos una oración al Dios dador de todo don perfecto».


P. Bernardo Vélez R.
Director
Medellín, enero de 1970

Gracias, padre Vélez, por escribir esa carta hace ya 41 años y por la que muchos sopetraneros en el día de hoy, especialmente los jóvenes sopetraneros que acuden a este blog, conducidos por la mano docente de Darío Sevillano, nos enteramos de que Dios miró a Sopetrán hace 100 años para iniciar una obra en pro de la niñez desamparada de Antioquia.
Esa obra no quedó estancada el 22 de septiembre de 1969, sino que es una obra dinámica por cuya dirección han pasado eminentes y consagrados salesianos que la hacen más grande cada día y más agradable a los ojos del Señor.

La obra tiene hoy en día doce programas de los que sólo daré hoy los nombres porque la intención es describirlos uno a uno en este blog:


Derecho a soñar
Niñez y Adolescencia en Situación de Calle
Académico Técnico
Hogar de Transición
Formación parta el Trabajo y el Desarrollo Humano
Casa de Egreso Don Bosco
Niñez y Adolescencia Trabajadora de Alto Riesgo
Jóvenes Desvinculados de Grupos Armados
Formación parta el Trabajo y el Desarrollo Humano, Convenios Medellín, Amagá, Angelópolis
Hogar Infantil Principiantes
Fundación Ciudad Don Bosco
Parroquia San Francisco de Sales

Éste es el equipo de trabajo para este programa
De Izquierda a derecha: Gabriel Escobar Gaviria, Elbacé Restrepo,
Luis Fernando Múnera López

Hemos encontrado la valiosa colaboración de los padres Mario Restrepo y Armando Álvarez y del Comunicador ex alumno del Colegio del Sufragio Gustavo Campuzano.

Notas adicionales

Copia de la resolución de la Resolución número 007 del 8 de octubre de 1969. De esa resolución el artículo 2.°, que trata de dar el nombre de Carlos González Gaviria a una institución del departamento, no se ha cumplido. Por concepto del abogado Luis Fernando Jiménez, ex salesiano, la resolución está vigente y se puede pedir el cumplimiento. Vamos a ver si nuestro alcalde John Wílmar Villa Guerra nos mira esta solicitud con buenos ojos y en alguna de las instituciones que ahora funcionan con el nombre de la vereda nos abre campito para este nombre: nos quedan nueve meses y pico para convencerlo. 

Pueda ser que la platica que menciona la Resolución sí la hayan pagado, en caso contrario, pilas, padre Armando, vamos a reclamar eso.

El 22 de septiembre de 1969, casi a la misma hora de la muerte del padre Carlos, cayó asesinado en una de sus fincas de Liborina otro nieto de Ruben Gaviria: Félix Vieira Gaviria, Hijo de Pedro y Clementina (Tina) y hermano de Alicia.. Este sí más conocido en Sopetrán pues toda su vida se movió entre Sopetrán y Liborina. La familia Gaviria, muy unida en los duelos, salió del entierro del padre Carlos para el velorio de Félix, cuyo entierro fue al otro día.
Cierro con las dos devociones del padre Carlos.

María Auxiliadora, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nostros.

No hay comentarios: