El rincón de las frutas
Darío Sevillano
La Vitis vinífera, palabras que significan ‘el sarmiento que produce uvas para hacer vino’,
es un fruto que fue clasificado por Carlos Linneo, en el año de 1753, en su
obra Species plantarum ‘las especies de
plantas’.
Sopetrán, en la década
del cuarenta del siglo pasado era un emporio de riqueza con sus grandes
parrales, como se les dice a los cultivos de esta interesante planta, que
abundaba en los campos y en los patios de las grandes casas.
La uva parra, como la
llamamos coloquialmente, es un fruto que se presenta en gajos y su color morado
es un anuncio muy importante, para los humanos que desean gozar de buena salud.
Todos los frutos de
color morado previenen el cáncer.
La uva parra es el
fruto de la vid y se utiliza para la producción de agraz, mosto, vino y
vinagre; pero si se comen frescas y recién cogidas de los parrales, son un
complemento alimentico de alta calidad, como lo veremos al final de este
informe científico.
Hay una gran variedad
de especies y todas tienen los mismos poderes alimenticios, fuera de la hermosa
presentación de sus racimos, que son una tentación para los humanos.
Según anuncia la
Organización mundial para la alimentación y la agricultura, FAO, en la Tierra
dedicamos una extensión de 75.866 kilómetros cuadrados a su cultivo y de esa
producción, un 71 % se utiliza en la producción de vinos; un 27 % es consumido
como alimento natural; un 2 % se utiliza como frutos disecados, que se venden en
los mercados con el nombre de uvas pasas, bastante benéficas para la salud
humana.
Miremos el mapa de
distribución de los terrenos en que cultivamos uvas en el planeta y los que serán usados en 2050:
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Es bueno aclarar que España y los países mediterráneos, son los lugares en
donde más se cultivan las uvas.
País
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Área
dedicada
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11 750 km²
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8640 km²
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8270 km²
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8.120 km²
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4150 km²
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2860 km²
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2480 km²
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2160 km²
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2080 km²
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1840 km²
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1642 km²
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1053 km²
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Las uvas crecen en los
sarmientos o gajos del parral en racimos que pueden tener entre 6 y 300 uvas y pueden
ser negras, moradas, amarillas, doradas, púrpuras, rosadas, anaranjadas o
blancas, estas últimas, realmente son de color rojo, pero una sustancia que no
les permite desarrollar antocianos, elementos que son los que producen la
coloración de las uvas, las presenta en color blanco.
En los parrales de las
playas del cauca, había empleados especializados en quitarles algunas uvas a los
gajos, para que las que quedaran fueran lo suficientemente fértiles.
Seguidamente
procedamos a clasificarla, para que los alumnos de los colegios puedan llegar a
ellas en una forma más familiar:
Reino: Vegetal.
División:
Magnoliophitos.
Clase: Magnoliáceas.
Orden: Vitales.
Familia: Vitáceas.
Género: Vitis.
Veamos ahora los
componentes que tienen las uvas: carbohidratos, azucares, fibra alimenticia,
grasas, proteínas, tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, vitamina
B6, ácido fólico, vitamina C, vitamina K, calcio, hierro, magnesio, manganeso,
fósforo, potasio, sodio y zinc.
Con solo mirar esta
tabla de componentes, cualquiera sabe las grades propiedades alimenticias y
curativas que tienen las uvas.
Para que un parral sea
muy próspero, es indispensable que la cama en que está montado, reciba los
rayos solares por espacio de ocho horas diarias, de lo contrario el cultivo no
prospera y en ningún momento produce gajos de uvas.
Observen la cama en
que van a montar el parral y fíjense muy bien que está construida al aire
libre, para poder recibir los rayos del sol adecuadamente.
Cuando las plantas
están sembradas en el lugar apropiado y son cultivadas con todos los requisitos
de la buena agricultura, los frutos son abundantes; recuerdo que cuando había
cultivos de uvas en las fincas de las orillas del cauca, algunos racimos
llegaban a tener hasta mil uvas y los empleados debían quitarles algunas, para
que las restantes pudieran progresar.
Cuando el parral ha
dado su cosecha, hay que proceder a podarlo, pero esto requiere unas técnicas
especiales, miramos algunos conceptos.
Si miran con cuidado
este gráfico, podrán observar unas líneas punteadas de color rojo; por estos
puntos se debe podar el parral.
El gráfico que estoy mostrando, es la mejor forma de podar en Colombia, porque en los países en donde hay estaciones, se aplican otros métodos, que no son de interés para los campesinos de Sopetrán.
En este gráfico se
pueden ver unas rayitas que muestran por dónde se pueden podar las distintas
formas del parral. En el gráfico hay tres ejemplos distintos y muestra todo el
proceso. Las partes oscurecidas son las que se deben podar
La parra o vid posee
tres tipos de yemas:
La yema principal, que
cuando se desarrolla tiene tres componentes: Yema primaria, yema secundaria y
yema terciaria, siendo la más importante la yema primaria, que es la que trae
la producción de gajos.
El maestro Alfonso
Góez, que tenía dos parrales en su casa, decía que para darle importancia a la
cosecha, se debían podar la secundaria y la terciaria.
La yema pronta o
anticipada, puede brotar de la misma temporada de la yema principal, dando
origen a un brote anticipado, esta yema produce racimos de baja calidad; en
Europa la llaman pampanito; lo mejor es podarla.
Y la yema latente, que
brota cuando ha habido una fertilización o una poda excesiva, a esta la
llamamos los campesinos un chupón, porque requiere mucho alimento y no produce
frutos; es necesario podar esta yema.
Una norma muy sabia
dice: «Busca la corteza antigua, pasa tres o cuatro yemas
y luego recorta el resto del crecimiento con algunas tijeras de podar afiladas».
Esta práctica, libera a la planta
de muchos sarmientos inútiles y hace que tenga una buena producción.
Cuando los racimos
estén formados, debemos retirar toda la nueva producción de sarmientos o brazos
y es indispensable retirar todo el follaje que esté tapándolos para evitar,
enfermedades en los frutos.
Si las uvas son para
el consumo humano, en forma de racimos, para obtener buenas cosechas, deja en
cada mata unas treinta yemas productoras de racimos; si tu producción es para
hacer vinos, puedes dejar cincuenta yemas por mata.
Ahora veamos los servicios
alimenticios y medicinales de las uvas:
Las uvas se emplean
como alimento desde tiempos inmemorables; recordemos que Noé el patriarca
bíblico, se emborrachó tomando vino.
Esto quiere decir que
la humanidad descubrió ese fruto y lo utilizó en sus alimentos y en sus
medicamentos, pero los agoreros también les dan mucha importancia sobre todo en
el día final de cada año, a las doce de la noche; claro está que yo no creo en
agüeros, ni en dioses de tres por diez.
Entre los servicios
medicinales del fruto de la vid, encontramos que es diurético, laxante y sirve
para mejorar el organismo, cuando están muy bajas las defensas.
Las uvas sirven para ser
consumidas como fruta fresca o como zumo; aunque la principal utilidad de ellas
es la fabricación de vinos, también se utiliza para hacer conservas.
Por su alto contenido
de minerales y vitaminas, siempre se han consumido las uvas, como antioxidantes
y anticancerígenas.
Entre los componentes
de la uva podemos mencionar carotenoides, provitaminas y flavonoides como miricetina
y quercetina.
Los flavonoides se
llaman así, porque se derivan de la palabra latina flavus, que significa ‘sustancia
amarilla’ y son muy importantes en el organismo, porque sirven para prevenir el
cáncer; son cardiotónicos; mejoran la fragilidad capilar; son antitrombóticos;
disminuyen el colesterol; protegen el hígado; protegen el estómago; son
analgésicos y antiinflamatorios; son antimicrobianos; y son antioxidantes.
Por la vitamina A que
contienen las uvas, nos mantienen en con excelentes órganos de la vista; y son
las responsables de la buena salud de los huesos; a la vez que alivien las
dolencias de los tejidos; el aparato reproductor; y el régimen hormonal.
El mejor consejo que
se le puede dar a una persona es laimcorporación de las uvas en su régimen
alimentario.
Sopetrán, Diciembre 31
del 2015.
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