Un pasito más en la aclaración del nombre de la carrera 58
Ayer estuve nuevamente en el barrio Trinidad (antiguo barrio Antioquia) desayuné en el restaurante de don Javier, en toda la esquina oriental de la carrera 58, Sopetrán, con la calle 29. Don Javier me comentó que él había nacido allí hace 64 años y que nunca se ha movido para ninguna parte. Por mi parte le comenté que yo había nacido hace 64 años también, en Sopetrán, pero yo sí me he movido más que pantalón de costeño*.
Le comenté mi interés en conocer el nombre de la carrera 58 y me aseguró que él nunca le ha conocido nombre, Yo le expliqué que desde hace muchos años yo vengo mirando en cada edición del Directorio telefónico que esa carrera 58 se llama Sopetrán.
Reiteró que esa información era nueva para él y que la única carrera que ha tenido nombre es la que sigue y me señaló hacia el oriente (carrera 57). Se llama El Infierno. Yo le dije que en Sopetrán hacia calorcito, pero tampoco como para quedar en semejante vecindad.
Quedamos muy amigos (por la coetaneidad, yo soy 26 días más viejo que él) y no será la última vez que vaya a su restaurante para seguir indagando hasta encontrar la fuente que tuvo el que primero redactó la Nomenclatura Vial para el Directorio Telefónico.
Una suposición
El pasado miércoles 24, la periodista Juliana Vásquez Posada, de El Mundo, Escribió para El Observador (de la misma casa editorial) una reseña histórico-social del barrio Trinidad cuyo primer párrafo lo paso en esta fotografía.
Mi suposición consiste en que Sopetrán fuera uno de los muchos pueblos más con los que la periodista cerró su párrafo. Es posible que varias familias sopetraneras se hubieran asentado en lo que hoy es la carrera 58 y la hubieran llamado con el nombre de nuestro pueblo, por alguna circunstancia. Hasta ahora es una suposición mía.
Voy a mandarle a la periodista esta nota, para ver si obtengo su ayuda y me suministra su fuente para seguir con esta investigación.
Un propósito
Que se haya usado ese nombre para esa carrera puede ser incierto: van dos personas que han vivido más de 60 años en ella y dicen no haberle conocido ese nombre. De lo que estoy seguro es de que para el segundo cumpleaños del blog esa carrera llevará ese nombre. Ando con una cantidad de ideas locas en mi mente para que eso sea posible. A ver quién me sigue.
* Los menores de 50 no le paren bolas a ese dicho que no lo entienden. Hasta la década del 50, niños y adultos usábamos pantalones de paño; ellos para el trabajo, nosotros para el colegio. Los bluyines eran para las vacaciones. En la Costa, por el calor no usaban paño, en cambio usaban una especie de gabardina muy delgadita. Cuando esos costeños venían a estudiar entre nosotros, traían esos pantalones cuyas botas al caminar se meneaban para todo lado y de ahí el dicho.
Gabriel Escobar Gaviria
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