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jueves, 29 de septiembre de 2011

El Hotel Bonaire
Darío Sevillano Álvarez



El Hotel Bonaire se ha convertido en el centro de capacitación, de los comerciantes y personas muy queridas de la comunidad sopetranera.

Este es el bloque de habitaciones, auditorio y administración, observen la majestuosidad de la construcción.

Doña Rosalba Vásquez, la propietaria, es una persona humilde por naturaleza, atenta, servicial y con una cultura muy especial.

Doña Luz Enit Ramírez Peña, una pionera de la cultura, es la administradora y goza de grandes conocimientos en turismo y comercio.

Este es el rincón de antaño del hotel.

La zona de piscinas, se da parecidos a las de los grandes hoteles del Mediterráneo.

En este rincón, a la sombra de un poderoso árbol, se puede conversar animadamente.

En frente de la piscina principal, hay otro preciso lugar para los enamorados.
Esta es la placa polideportiva.

Este es el auditorio, un lugar cómodo y tranquilo.

Así luce el complejo de piscinas.

Los niños también tienen su espacio.

En el comedor, todo es orden y buena decoración.

Este es el bar.

Y como todo hotel de la zona tropical, este es el espacio de zonas verdes y de hamacas.

En este lujoso comedor, recibimos una capacitación, sobre el manejo y la presentación de los platos con pescado.

Los interiores del hotel son muy bien decorados.

A la capacitación asistieron comerciantes, hoteleros y amas de casa.

Como las capacitaciones son un regalo especial de la cámara de Comercio, con sede en Santa fe de Antioquia, están presentes el gerente y la secretaria ejecutiva.

El público asistente es de diversos estamentos sociales.

Este joven, con muchos conocimientos en el manejo del pescado y en la preparación de platos especiales, fue el capacitador que nos regaló la Cámara de Comercio.

Los asistentes muy juiciosos tomaron atenta nota de todo lo que ocurría.
 
La atención fue la nota generalizada.

En la cocina del hotel, nos volvimos especialistas en la labor de manejar el pescado.

Otra de las capacitaciones, la recibimos en el auditorio del hotel, que para la oportunidad se convirtió en una tienda Juan Valdés.

Observen los intríngulis de esta capacitación:

Estas son las máquinas modernas para hacer el mejor café.

La señora, experta en la preparación de productos alimenticios con café colombiano, posa al pie de una de las máquinas.

La exposición fue magistral.

El oriflama de la Cámara del Comercio, es exhibido con orgullo de Patria.

También exhibieron el de la federación de cafeteros.

No podía faltar el de la firma comercial que produce y vende las máquinas.

Ni el de la cooperativa de caficultores del Occidente antioqueño.

Este es Don Rodrigo Londoño Mejía, el encargado de manejar la capacitación.


Esta es la persona encargada de hacer las mezclas.

Este es el experto en el manejo de las máquinas.

El joven de camiseta azul es el representante de la cooperativa y fue el que nos obsequió, las muestras del café antioqueño.
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Los asistentes, estuvieron muy atentos a las explicaciones.

Hotel Bonaire



Sopetrán, 24 de septiembre del 2011

*

viernes, 23 de septiembre de 2011


Rincón de las frutas
Darío Sevillano Álvarez


La mandarina

Frutos y cascos de la mandarina.

Su nombre vulgar tiene un buen origen, pues la palabra mandarina se derive de las dinastías Mandarinas, que gobernaron a china en sus principios.
Recordemos que el idioma de la China, también se llama: el mandarín.

Su nombre científico, Citrus reticulata, variedad clementina, traduce; la fruta cítrica con forma ovalada y cáscara blanda, adaptada a las formas de los cascos del fruto.

Es oriunda de la región central del Asia, China e Indochina, y por esa razón tomó el nombre de las dinastías de la época. En un principio, fue llevada a la región mediterránea de Europa y África y luego con las conquistas que los países europeos hicieron en América, llegó a nuestras tierras.

Los árboles son muy vigorosos y de crecimiento lento, con tendencia a ser ovalados y crecimiento abierto.

Las ramas del mandarino no tienen espinas, sus hojas, son estrechas, pequeñas y coriáceas, es decir, parecidas a cuero, por su consistencia, recuerdan las hojas del olivo y tienden a curvarse hacia el envés.

Sus entrenudos, son cortos y llenos de hojas, que les dan una apariencia de ser muy frondosos.

Las hojas y los frutos son verdes, pero con la influencia de la luz solar, tienden a ser amarillosos.

Los frutos son pequeños, comparados con las naranjas, sus inmediatas familiares y muy parecidas a las clementinas finas y cuando alcanzan la madurez se ponen de un amarillo naranja, que las hace muy atractivas y tienen tendencia al bufado, es decir, se inflan, algunas veces.

Cultivo de mandarinas.

La corteza es blanda y llenas de glándulas de aceites esenciales, que le dan un olor característico; por la razón de ser blandas, los frutos se pelan fácilmente. Esto hace que la recolección de los frutos sea precoz, es decir, antes de estar maduros y ojalá a cada fruto se le deje parte del pedúnculo, para proteger el fruto de la descomposición; antiguamente los frutos se recogían con unas tijeras, para que los pedúnculos quedaran bien recortados.

La mandarina o fruto del mandarino es un hesperidio, es decir, sus cascos están integrados por unas bolsitas o botellitas, llenas de jugo, en el cual hay mucha vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.

Fruto de la mandarina.

La mandarina es el fruto más parecido a la naranja, pero de un tamaño menor, sabor más aromático y mayor facilidad para remover su corteza, por estas razones, es considerada una de las frutas más apreciadas.

Los países productores de mandarina son en su orden: Argelia, Argentina, Colombia, España, Israel y Japón.

En Bolivia y en Venezuela se cultiva la mandarina reina, que es una variedad de exportación.

En la tierra se consiguen unas 35 especies de mandarina; en Sopetrán solo conocemos tres o cuatro de ellas.

Una de las variedades que cultivamos en Sopetrán, es la mandarina oneco, cuyo nombre científico es Citrus nóbilis.

Árbol de mandarina en producción.

La clasificación de este fruto podría ser:

Reino: vegetal.
Clase: dicotiledóneas, semillas con dos cotiledones.
Orden: Terebintales, plantas que producen esencias.
Familia: rutáceas, parecidas a la ruda.
Género: citrus, frutos con ácido cítrico.
Especie: reticulata, ovalada con figura de cascos.

En otras épocas cultivaron en Sopetrán una mandarina pequeña, pero muy dulce, sin propiedades comerciales, en la actualidad está casi extinguida.
El clima para cultivarla debe ser cálido o templado, porque en las tierras frías, se consiguen árboles de mandarina, pero los frutos no toleran el frio.

Fruto de mandarina oneco

Los marcos de plantación, son de 4,5 m x 4,5 m, pero con algunas variedades injertos que son más corpulentos se debe aplicar el marco de 6 m x 6 m. La cantidad de árboles por hectárea es de 400 a 500.

Los abonos requeridos para el cultivo deben ser de macro y microelementos, es decir, necesitan nitrógeno, fósforo y potasio, más boro, calcio, magnesio manganeso y otros elementos menores; las aplicaciones pueden ser en el suelo o en forma foliar, es decir, fumigando los árboles.

Las principales falencias se presentan, por magnesio, hierro y zinc.

El bufado o engrandecimiento de los frutos, que es producido por la abundancia de nitrógeno, los hace ver muy bonitos, pero el hesperidio o los cascos se vuelven simples y pasmados.

El fruto de la mandarina es muy provocativo.

Aunque el mandarino, es un poco resistente a las sequías, se recomienda el riego y ojala por aspersión para prevenir los efectos de las heladas. Cuando la mandarina, no tiene un riego adecuado, los frutos resultan bufados y pasmados.

Las podas en los mandarinos deben ser más frecuentes que en los naranjos y se recomienda, al menos una, anualmente, para quitar los ramos secos o partidos, con el fin de darle vigor al árbol. Estas deben empezar cuando el árbol tiene tres años de vida. Los residuos de ellas deben ser enterrados para que se descompongan en abono orgánico.

Cuando en un cultivo de mandarinas, hay muchos insectos polinizadores, el fruto tiene mucha cantidad de semillas y ese factor le quita importancia comercial a la mandarina; en España no admiten insectos polinizadores en los grandes sembrados de mandarinas.

Las plagas que persiguen estas plantaciones son:

El minador de los cítricos que ataca las hojas jóvenes y se las come, lo que se traduce en reducción de las cosechas. El viento ayuda a propagar la plaga, a grandes distancia.

Las cochinillas afectan los árboles porque les extraen parte de la savia, pero hay un efecto secundario, porque la cochinilla produce una melaza, que es muy apetecida por las hormigas, que llegan en grades cantidades a los árboles y pueden llegar a producir fumagina, es decir, la mancha negra que se adhiere a las hojas, que es una asociación de un hongo, unas hormigas y una alga. Esta enfermedad puede llegar a acabar con los árboles.

La araña roja se instala en los árboles y los llena de su tela, eso hace que se atrasen y no produzcan bien.

Las moscas blancas y las moscas de las frutas son muy perjudiciales, porque perforan los frutos, para poner sus huevos en los cascos.

Los áfidos o pulgones son muy perjudiciales, porque se instalan en todos los tallos y en el envés de las hojas y literalmente se chupan el árbol.

Flor de mandarina.

La polilla de los cítricos es muy perjudicial porque nace en las flores y cuando pasa al segundo estado de la metamorfosis, se instala en los troncos de los cuales pende, adherida a un hilo.

Todas se pueden controlar, con la ayuda de un experto en plantaciones de cítricos.

No anuncio los químicos ni las formas de combatir estas plagas, porque debe ser el experto en agropecuaria, el que decide cuál es el tratamiento más adecuado y el menos perjudicial, para el medio ambiente.

Mandarino en plena cosecha.

Enfermedades

Los nematodos de los cítricos son unos seres microscópicos que están en los suelos y que llegan a ellas al consumir los nutrientes, luego se acomodan en las raíces y no dejan que la savia nutra la planta. Los principales síntomas son la baja producción; el secamiento periódico de partes de la planta; el decaimiento general del vegetal. Casi nunca los nematodos matan una planta, pero si no es tratada adecuadamente, no tiene un rendimiento comercial.

El color y el olor de la mandarina son sus
características más importantes.

La gomosis es una enfermedad que produce putrefacción de los troncos, las raíces y el cuello del tronco; en el lugar de la descomposición las plantas segregan una goma, de ahí el nombre de la enfermedad. Los síntomas de la enfermedad, cuando no se alcanza a visualizar la parte podrida, son brotes debilitados, de muy poco desarrollo y de un aspecto azuloso, frutos de pequeño tamaño, hojas puntiagudas y de color verde amarillento y Limbos pequeños y amarillentos.

La alternaria alternata de los cítricos que consiste en que las hojas se pudren con una enfermedad parecida a los hongos del cabello humano y en los frutos aparecen lesiones en forma de puntos negros, que llegan a podrir todo el fruto. En la parte crítica de la enfermedad, el hongo se expande hacia los árboles cercanos y la epidemia se apodera del cultivo.

Gajo cubierto de mandarinas.

El virus de la tristeza cítrica es la enfermedad viral, más grave que ataca a los cítricos y el daño más grave es el decaimiento de los árboles, que casi siempre termina con su muerte. El virus, ataca las células vegetales del floema y bloquea los canales conductores de la savia elaborada. Dos síntomas importantes de la enfermedad son la clorosis generalizada, es decir, el árbol toma un color amarillento (pálido) y el tronco sufre acanaladuras profundas.

Algunas veces hay ausencia de sintomatología, pero el árbol está triste, esto significa, que los árboles son muy tolerantes al virus, en medicina se diría que son árboles con buenas defensas. Con esta enfermedad, casi siempre se asocia el pulgón pardo de los cítricos, áfidos bastante perjudiciales. Si el virus no es contralado oportunamente, se recomienda tumbar los árboles, quemar sus restos y enterrarlos.

Hay unos daños ocasionales en el cultivo de la mandarina, que pueden perjudicar la producción y desmejorarla considerablemente. Las fisiopatías que son producidas por el frío, y consisten en picado de los frutos, coloración parda y posterior putrefacción.

La oleocelosis, que consiste en la putrefacción de los frutos por el derrame de las esencias que la corteza contiene. Casi siempre ataca los frutos turgentes, es decir, hinchados o agrandados.

El envejecimiento de los frutos, que produce el arrugamiento de la corteza y deslustra la calidad interna del fruto. Casi siempre se presenta cerca al círculo del pedúnculo.

Mandarina fotografiada de cerca.

Estas sintomatologías clínicas de los cítricos, producen todo tipo de efectos secundarios como el moho verde, el moho azul, la putrefacción de la cicatriz peduncular, la putrefacción parda y la antracnosis, es decir, formación de polvo de color oscuro en la corteza.

Estas enfermedades se pueden controlar, con una limpieza meticulosa de las plantaciones, quemando todos los elementos que puedan producir el desorden; Aplicando cloro al agua con que se lavan los productos; manteniendo los lugares en donde se tienen los frutos con una regulación adecuada del calor; La utilización de buenos fungicidas y evitando la exposición de los productos, al etileno.


Valor nutricional de la mandarina en 100 g de sustancia comestible
Agua (g)
87
Proteínas (g)
0.8
Lípidos (g)
0.2
Carbohidratos (g)
11.6
Calorías (Kcal)
46
Vitamina A (U.I.)
420
Vitamina B1 (mg)
0.07
Vitamina B2 (mg)
0.02
Vitamina B6 (mg)
0.07
Ácido nicotínico (mg)
0.2
Vitamina C (mg)
31
Sodio (mg)
2
Potasio (mg)
110
Calcio (mg)
40
Magnesio (mg)
11
Manganeso (mg)
0.04
Hierro (mg)
0.4
Cobre (mg)
0.1
Fósforo (mg)
18
Azufre (mg)
10
Cloro (mg)
2


La mandarina (Citrus reticulata) es una fruta dulce y fácil de pelar, su nombre en inglés, tangerine, se deriva de Tangier, el puerto de Marruecos, en donde se embarcaron las primeras mandarinas para Europa.

Por su contenido de vitamina C, folato y beta caroteno, se utiliza tradicionalmente para estimular la actividad hepática y para ayudar al sistema digestivo.

La mandarina, tiene propiedades antioxidantes y anticancerígenas.
Pero se presenta un descuido de la ciencia, para evidenciar los poderes medicinales de esta fruta. Sin embargo, la tradición popular le confiere las siguientes propiedades:

Antibacteriana, antiinflamatoria, antioxidante, alivia la arterosclerosis, previene y cura el cáncer, mejora las enfermedades cardiovasculares, sirve de complemento quimioterapéutico, alivia los trastornos gastrointestinales, combate el Helicobacter pylori y mejora la Leucemia.

Provocativos cascos de mandarina.

Las personas muy sensibles a los alérgenos, deben evitar el contacto con los aceites esenciales de la corteza de mandarina.

El aceite de la corteza puede producir salpullido.
Debe utilizarse con mucha cautela, en las personas que tienen trastornos gastrointestinales, porque la mandarina ha sido asociada a las obstrucciones intestinales y a la producción de las gastritis.

Cuando se ingieren productos para el tratamiento del cáncer, no se debe utilizar la mandarina; tampoco se debe utilizar, cuando se consumen productos metabolizados por el citocromo.

Debido a la falta de información científica, no es conveniente utilizar altas dosis de mandarina en mujeres embarazadas o lactantes.

Si se utiliza para el tratamiento del Helicobacter pylori, no se debe revolver con otros antibióticos ni mezclar con otros productos naturales, es bueno recordar, que la mandarina es antioxidante.

Mandarina suspendida del árbol.

El jugo de la mandarina, puede reducir el colesterol y los triglicéridos, pero cuando el colesterol, está muy alto y se está tratando con drogas tradicionales debe eliminarse el tratamiento con la mandarina.

Se ha trasmitido de generación en generación que la a cáscara de la mandarina tiene efectos anticancerígenos, pero la verdad, es que no se ha demostrado científicamente.

Como la mandarina es tan especial, cuando se toman ciertas drogas, es bueno consultarle al médico o al farmaceuta, sobre la concomitancia de las drogas, con el jugo.

En algunos países la cortan en rebanadas
y la sumergen en almíbar.

En la ciudad de Santa Bárbara, hay una fábrica muy bien montada de producción de vino de mandarina.

Los comerciantes de Santa Fe de Antioquia y de Sopetrán visitaron la fábrica y vinieron muy satisfechos de lo que allá encontraron.

El propietario es el señor Aníbal Cuervo Cardona  y ha venido montando las instalaciones, según normas claras del INVIMA y las debidas orientaciones de la Cámara de Comercio.

Este es Don Aníbal, el hombre que se hizo solo con muchos esfuerzos, a pesar de no haber pasado por los establecimientos de Educación, todos sus conocimientos son empíricos, pero basados en una realidad científica.

En esta sala, están la sangre, sudor y lágrimas que la empresa ha costado a don Julián en los últimos treinta años.

En esta sala tiene empacadas catorce toneladas de licor listo para la venta.

En toneles bien codificados está empacada cada cosecha y en cada tonel, se escriben las especificaciones técnicas.

Este es el casillero de la fábrica, construido con toda la tecnología de los casilleros europeos o argentinos.

Vale la pena destacar que las salidas de los comerciantes de los dos pueblos hermanos, son manejadas por la señora Luz Enit Ramírez Peña, líder comunitaria, que se ha destacado por sus servicios, a nuestra patria chica, que quiere a Sopetrán, como cualquiera de sus buenos hijos

Aspecto del desayuno comunitario de la visita a Santa Bárbara.

Esta salida a conocer la fábrica del vino de mandarina, me motivó para traer a la memoria su cultivo.


Sopetrán, 23 de septiembre del 2011

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