Sopetranadas
Darío Sevillano Álvarez
Cuando vi este anuncio, lo primero que
hice, fue consultar en internet, si este proceso es válido, por aquello de que
las vitaminas, así sean hidrosolubles, tienen sabores, que podrían deslustrar
la calidad del hielo que se fabrica.
Cuando me di cuenta de que era un proceso
casi imposible, entrevisté a León Madrid, que es el propietario de la fábrica
de ese tipo de hielo, soltó la carcajada y me dijo:
—Como un carro vende un
hielo que según anuncian es para cuidar la salud, yo me inventé el cuento de
que al que fabrico, le pongo vitaminas, para que me lo puedan comprar.
Colorín colorado y este cuento se ha
acabado…
Sopetrán, 24 de marzo de 2012
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