El rincón de los animales
Darío Sevillano Álvarez
La chucha, fara o zarigüeya
Conocemos con este nombre a un humilde animal mamífero,
clasificado por Linneo en el año de 1758, con el nombre de Didelphis marsupialis,
que traduce ‘el animal de dos vaginas’ que pertenece al orden de los
marsupiales, (estos tienen un saco especial al pie de su vagina común, en donde
mantienen a sus crías ya nacidas, hasta cuando se defienden por sus propias
habilidades), al que los científicos llaman marsupio.
De las quince especies y dos subespecies que existen,
la nuestra es la que habita en la región coloreada de rosado claro en el mapa
de las américas.
Las chuchas se alimentan principalmente de aves, entre
las que ocupa un lugar principal la gallina, pero su régimen alimenticio es
omnívoro, es decir, come de todo lo que se le atraviesa: frutas bulbos,
semillas, entre otros.
Este animal, es el enemigo número uno de los pájaros;
pero recuerden que en la pirámide ecológica tiene que haber controles o
predación, para las especies que son abundantes en la naturaleza.
Las chuchas, son de costumbres nocturnas y están
dotadas de las herramientas necesarias, para tener movilidad en los árboles,
con el fin de no fallar en sus cacerías. Por esta razón su cuerpo es muy ágil,
sus uñas muy adecuadas para mantenerse bien, trepando y bajando de los árboles
y su cola es prensil, es decir se puede colgar de ella perfectamente, como su
fuera un pedazo de lazo.
Su dentadura es muy fina y donde se aferra, para
morder, difícilmente suelta; los campesinos dicen que si está mordiendo, es
necesario darle un machetazo en el cuello.
Las chauchas son animales casi prehistóricos, porque no
sufrieron muchas mutaciones en el proceso evolutivo.
Su clasificación podría ser:
Reino: Animal.
Philum: Cordados.
Clase: Mamíferos.
Orden: Didelfomorfos.
Familia: Didélfidos.
Género: Didelphis.
Especie: Marsupialis.
La carne de chucha es de muy buen sabor, si así lo
afirmo es porque mi Abuelo Antonio Sevillano, las capturaba en unos cajones
especiales que tenía en las tapias del solar de su casa en Tarroliso y cuidaba
mucho el hecho de que el animal no se fuera a orinar, porque produce una
sustancia muy fétida que daña el buen sabor de las carnes.
Es bueno aclarar que si las gallinas que comen cuanta
cochinada encuentran en las huertas, son comestibles, las chuchas son más
aseadas para comer que ellas y su carne
sabe a pechuga de gallina.
Pero es importante tener en cuenta que hay dos
parásitos que pululan en el cuerpo de las chuchas: El Pito que es el vector contaminante
del Trypanosoma cruzi, que tramite el mal de Chagas y el chinche o Triatoma dimidiata,
que trasmite una enfermedad por protozoarios.
Una chucha bien cebada puede llegar a medir unos
sesenta centímetros de largo y puede tener un peso de veinte kilogramos.
Las chuchas se adaptan fácilmente a cualquier bioma,
pero prefieren los ambientes húmedos de las junglas y el bosque templado; estos
animales son capaces de sobrevivir en ecosistemas demasiado calientes o lugares
muy fríos.
Es importante contarles que cuando los bebes nacen y ya
han estado en el marsupio por algún tiempo, la madre los puede trasportar en su
lomo.
Las chuchas aparentan ser animales muy feroces, porque
son capaces de abrir sus bocas que están dotadas de muy finos dientes, hasta
80º (grados) pero eso solo es un aparato disuasorio, porque cuando se ven en un
peligro muy fuerte y saben que no pueden correr para ponerse a salvo, fingen estar
muertas en un estado cataléctico, que hace creer que el animal, ya expiró.
Como ya vimos son animales de costumbres nocturnas y pasan
el día en escondites como troncos huecos, debajo de grades rocas, o incluso en
madrigueras excavadas por ellas mismas.
Mucha parte del tiempo que pasan en los escondites, se
preocupan por limpiar su cuerpo, acicalar el pelo y mantener en buen estado su
rostro.
Los nidos de ellas, están tapizados de hierbas y hojas
secas que trasporta con su cola o en su boca.
Aunque son muy buenas trepadoras de los árboles y saben
saltar de árbol en árbol, la mayoría de sus actividades nocturnas, son en el
suelo.
Las chuchas son marsupiales nómadas, es decir cambian
con mucha frecuencia de lugar para vivir, pero como son territoriales,
defienden con mucha valentía su territorio.
Las hembras tienden a vivir en pequeños grupos,
mientras que los machos son solitarios y cuando se encuentran, casi siempre
pelean; las hembras no receptivas, cuando se encuentran con un macho, lo atacan
con mucha violencia, pero los machos no responden a estos ataques.
Las chuchas tienen un período de gestación y
reproducción cada cinco o seis meses así: El período de gestación dura doce o
trece días; después de los cuales pueden nacer de cuatro a veinte animalitos;
claro está, que todos no caben en el marsupio y por esa razón algunos mueren;
las crías nacen muy débiles y solo las uñas les sirven para aferrarse al
vientre de la madre y llegar hasta el marsupio para protegerse; las que logran
llegar se mantienen aferradas a las tetas internas de la madre hasta por 60
días; los pequeños animales son destetados totalmente a los cien días de haber
nacido.
Las hembras alcanzan la madurez sexual a los ocho meses
de vida, pero solo se reproducen cuando cumplen un año; hay una teoría que aún
no está bien investigada que parece ser cierta: que las chuchas hembras solo se
reproducen en los dos primeros años después de haber alcanzado la madurez
sexual.
Es muy importante que sepamos cuál es el papel de las
chuchas en el ecosistema: controlar las especies de aves, para que no se
reproduzcan en abundancia y por esta razón es bueno no matarlas, para que
puedan cumplir con su encargo.
Sopetrán, 8 de febrero del 2016.
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