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miércoles, 2 de mayo de 2012

Llano de Montaña, una vereda de mi pueblo.

Las veredas de mi pueblo
Darío Sevillano Álvarez

  

Segunda entrega
Llano de Montaña

Otro de los grandes suburbios de Sopetrán es el Llano de Montaña, que tomó su nombre por extensión: es un lugar muy plano después de una pequeña montaña.

Para llegar al Llano, hay varias formas de
hacerlo: por la carrera 10 o Bolívar, en la
famosa subida al Llano; por el Chagualal; y
por la vía principal o subida del Talud.

Es bueno mostrarles cómo quedó el callejón de la
Quebradita, ahora que fue convertido en
vía alterna para entrar y salir del casco urbano.

Las viviendas de la subida del Llano
son verdaderas casas de campo.

Esta es la segunda loma de la subida,
antes de llagar al Llano, observen las
obras de estabilización de los
terrenos adyacentes a la vía.

En pleno Llano, desde un claro del bosque
que protege la vía en el despeñadero
de los Ratones, logré esta hermosa
panorámica del templo.

Obsérvenla con la lente de acercamiento.

En la convergencia de los caminos del
Chagualal y del Llano, esta la entena
de la empresa Comcel.
Comparen la altura, con la de una palma
de cocos que mide 10 metros;
la de la antena es 35 metros.

Uno de los recursos naturales del Llano es el cultivo del plátano que es predominante
en la base alimentaria de los sopetraneros.

Así quedó el viejo camino de herradura,
para llegar al Llano.

Esta es la villadel Mono Tascón, en el cruce
de los tres caminos: el del Chagualal,
el del Llano y el de la subida.

Entre estas dos viviendas campestres, está la
entrada de la Ronda, un desecho, para llegar al Llano.

Los cultivos de maracuyá son
abundantes en esta zona.


Los árboles de mango son el adorno
natural de este suburbio.
Este árbol esta lleno de flores porque
la cosecha, se presenta
entre marzo y julio.

Los árboles de sapote también hacen
parte del elenco vegetal del Llano.


Los jardines de todas las villas son preciosos.

En eta parcela de hierbas naturales para el ganado,
los termorreguladores son árboles de mango.

Esta es una de las villas más antiguas del caserío,
a la vera del camino.

Este es uno de los bloques del Hotel Bonaire.

Estas son las instalaciones de
la zona húmeda del hotel.

Esta es una de las entradas al hotel.

Zona húmeda, bloque de habitaciones
y administración del hotel.

Entrada principal.
Observen cómo adornan de bien las matas de plátano.


Comedor, bar y salón de juegos.

Casas campesinas del caserío.

Las villas están muy bien tenidas.

Callejón del Bordo, este es un término mal empleado,
porque la palabra castiza es «borde»,
aunque la Real Academia Española, madre alcahueta,
ya permite que los colombianos, los hondureños
y los ecuatorianos digamos «bordo» en vez de «borde»;
los de otros países no tienen problema
porque ellos sí lo dicen bien.

Cada casa de descanso, tiene sus encantos.

En la profundidad, se ve la dimensión
de este complejo.

 Uno de los cultivos de nuestra tierra es el
de la uva o vid, que la enredamos en camas
o en espalderas, a las que llamamos parrales.

Este joven, está preparando la pulpa de la algarroba
para llevarla al comercio.
Recordemos que con esa pulpa, se prepara el caldo
para cultivar los penícilos, que sirven como materia
prima para hacer los antibióticos y que también se
preparan algunas drogas; también el jugo de
algarroba, fuera de ser de buen sabor,
es muy útil para el aparato digestivo.

Esta es una verdadera
casa campestre de descanso.

Aquí empieza el camino del Bordo;
observen que es empedrado como
la vieja usanza de la Colonia.

Esta es el parque del Llano.
Observen dos cosas importantes:
el monumento a la milagrosísima
Virgen de las Misericordias y la ceiba
pentadra, árbol termorregulador.

Este establecimiento, que hace las veces de tienda,
fuente de soda y lugar de reuniones,
es el punto de encuentro de los lugareños
en los ratos de ocio.

Lateral sur del parque de la vereda.

Callejón que conduce a los Comunes
y a la escuela veredal.

Lateral oriental de la placita, como diría
Gabriel Escobar Gaviria, el editor y propietario del Blogger
(De paso pueden corregir dos «parques» que quedaron
atrás y que tuve que restablecer para no dañar
esta anotación de Darío, GEG).

Monumento de
Nuestra señora de las Misericordias,
patrona de la Diócesis de
Santa Rosa de los Osos,
a la que pertenecíamos hasta no hace mucho,
ahora pertenecemos a la
Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia.
A este lugar vienen todos los sopetraneros
y muchos foráneos a pedir favores,
que casi siempre les son concedidos.

Lateral occidental de la placita.

La vía troncal esta bordeada
de frutales y palmeras.

En los días festivos y en los puentes,
en este lugar se hacen controles de seguridad e
información turística, para los visitantes.

Todas las casas fincas poseen
juegos infantiles y piscinas.

Esta es una de las casas más antiguas de la vereda.
Observen su belleza.

En algunos tramos,
la troncal esta bordeada de viviendas.


Las viejas casas eran de arte republicano y
se construían con tapias pisadas
y pisos de ladrillo cocido.

Las plantas de sombra crecen muy bien
a la sombra de los cobertizos.

Todas las construcciones tienen un solar inmenso
al que llaman «huerta».


Árboles de sapote de una huerta casera.

Matas de plátano enano para el revuelto
de las sopas y de los frisoles.

Aunque los árboles de cacao habían casi desaparecido,
los cacaotales están renaciendo, porque es
un producto más bien cotizado que el café.

El artocarpa o árbol del pan se cultiva
en todas las huertas caseras,
porque sirve de alimento a las aves de corral,
a los cerdos y a las bestias; también es
una fuente de carbohidratos
para los humanos.

La papaya es otra de las frutas tropicales
que cultivamos en nuestras veredas.

Esta veranera o curazao (nombres
colombianos de la planta que en los
demás países de habla hispana
se conoce como buganvilia o buganvilla)
nos recibió con todo el esplendor
de su cosecha.

En cada villa encontramos diferencias notables.

Este potrero para ganados, que había sido
molestado por el verano, es habilitado
por medio de aspersores.

Esta planta ornamental de abalazos
hace las delicias de este patio de recreo.

Este es su majestad el árbol de mamey,
fruta tropical propia de nuestras tierras
y árbol emblema de nuestra patria chica.

Observen el señorío de esta villa.

Este es el portón de su entrada.

Vieja casa veredal, con todas las de la ley.

Observen de soslayo la parte interna de la villa.

Plano profundo de la parcelación Llano Nuevo.

Plano medio.

Plano cercano.

 Casas campestres del lugar.

 Otras casas campestres.

Interior de una hermosa villa.

Parcelación Ensueño Tropical.

Una de sus viviendas.

Panorámica de la ciudadela estudiantil.

Panorámica del suburbio La Guamala.
Próximamente lo estaremos visitando.

Así lucen las viviendas humildes.

Talud que le dio el nombre a la vía
que conduce al Llano.

Zona de nacimientos de aguas medicinales,
conocidas con el nombre de La Ramada.

Esta es la subida del Talú,
un término mal empleado
por la tradición oral.

Serranía de Santa Rita,
panorámica tomada en el Talú.

Panorámica de la serranía de
Palogrande vista desde el Talú.

La primera villa en la subida del Talú.

Sociedad ecológica de mutualismo entre caballos
y garzas bueyeras. Recuerden:
Las garzas limpian los caballos de sus parásitos y
ellos se comprometen a levantar con sus patas y
con sus colas, todos los insectos
que hay en los pastos.


Sopetrán, 4 febrero 4 del 2012.
*

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