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martes, 5 de marzo de 2013

¿Qué podemos decir...


¿Qué podemos decir acerca de las nubes?
Darío Sevillano Álvarez

Con este interrogante, los llevaré a un pequeño paseo por los cielos, para que refresquemos los conocimientos que aprendimos sobre las nubes, que son un fenómeno especial que a diario, manejamos en nuestra atmósfera.


Antes de entrar en materia, refresquemos la palabra meteoro, que, es un vocablo que viene del griego: «μετέωρος» que significa ‘elevado en el aire’ y se le aplica a cualquier fenómeno atmosférico: aéreo, acuoso, luminoso o eléctrico, como el viento, la lluvia, el arco iris y los rayos; pero también se puede aplicar a las personas o cosas que brillan con un resplandor muy vivo y fugaz, como los pedazos de piedras que vienen del espacio, a los que llamamos: meteoritos, como el que acaba de caer en la extensión territorial de Rusia.

Con esta explicación en las manos, ya podemos definir el concepto de nubes.
Las nubes son hidrometeoros, formados por una masa visible de cristales de nieve o gotas muy finas de agua, suspendidas en la atmósfera terrestre.

Más adelante vamos a ver, que también hay nubes en otros de los planetas y en algunos de los satélites de ellos.

Las nubes se ven blancas, porque tiene la capacidad de dispersar toda la luz solar y es esa la razón de su color.

Pero cuando son demasiado gruesas, la luz no es capaz de atravesarlas y por esa razón se vuelven de color oscuro, gris o casi negro. Estas son las nubes que a cualquier humano le anuncian que se va a desatar un aguacero, porque ya sabemos que son nubes de lluvia.

Es bueno aclarar que con la gotas de agua o con el vapor de las nubes, se mezcla el polvo atmosférico y que está compuesto de agua y polvo, puede convertirse en lluvia, en granizo o en nieve, dependiendo de las condiciones atmosféricas: grados de temperatura, presión atmosférica, frentes fríos o calientes y lo que llamamos Higrometría, que es la parte de la ciencia que se ocupa de medir el grado de humedad de la atmósfera.

Hasta principios de siglo XIX, nadie sabía cómo se llamaban las distintas forma de nubes, pero un sabio de la época, Luke Howard, que se desempañaba como: Químico y meteorólogo, diseñó un método, que ahora es el sistema internacional, por el cual nos regimos.

En ese sistema, nuestro hombre, decidió que eran cuatro categorías de nubes, a las cuales llamó cirros, estratos, cúmulos y nimbos.

Miremos con toda la paciencia del caso, que significa cada uno de estos nombres.

La palabra «cirros», creo yo, fue asociada por el diseñador al gran parecido de ese tipo de nubes, con un pequeño tumor, porque este tipo de meteoros se presentan muy altas, son de consistencia sedosa, y aparecen en manadas o asociadas con otros tipos de nubes; nuestros abuelos les decían rebaños de ovejitas, porque a eso se parecen cuando están en cantidad.

Veamos unos cirros:

Las más pequeñas en forma casi redonda, son cirros.

Pero a veces se juntan varios tipos de nubes y el diseño, que se presenta es una palabra compuesta de dos nominaciones.

En este caso, hay cirros y unos cúmulos o acumulaciones grandes de cristalitos y vapor, pero como están tan altos, a estas nubes las llamamos cirros y altocúmulos.

El aparato que sirve para medir la cantidad de lluvia que ha  caído en un aguacero, se llama pluviómetro, que es casi por lo regular un cilindro, cuya tapa superior es un embudo en el cual cae la lluvia y es llevada a la base del cilindro, una escala métrica colocada entre él, mide la cantidad de milímetros cúbicos de agua que cayeron.



Casi siempre en las horas de la tarde cuando el sol está a punto de perderse en el horizonte, las nubes toman hermosos colores, que son descomposiciones de la luz solar en los cristales de ellas, por el mismo principio que se forman los arcos iris, a estas les decimos arreboles.

Recuerden el refrán: «Arreboles por la tarde, agua por la mañana». 

Esto quiere decir que si hay muchas nubes en la tarde, posiblemente se van a conservar, hasta la salida del sol, para generar una lluvia.

Los estratos son nubes formadas por extensa capas de vapor de agua, que con alguna frecuencia generan lluvias continuas, pero suaves.


La palabra estratos, significa que son nubes globulares muy grandes que contienen mucha cantidad de agua.
Pero en meteorología, se pueden hacer una cantidad de mezcla de formas de nubes y por esa razón, cuando anuncian que un aeropuerto está cerrado, muchas veces aparecen nombres compuestos, de dos o más formas de nubes, como en el caso siguiente.


Los nimbos, son nubes de color oscuro, que tiene la capacidad de precipitar grandes aguaceros. La palabra «nimbo», significa ‘nube resplandeciente’. Casi siempre son bajas, oscuras y en la actualidad, se les llama nimbo-estratos, porque son las dos categorías que generan lluvias y casi siempre, están asociadas.

Por regla general, cuando una de estas nubes, se acomoda sobre un lugar de la tierra, es porque allí, va a llover en forma torrencial, siempre y cuando el viento, no mueva la nube para otra parte.

En este tipo de nubes, es en donde más se amañan las condiciones, para producir tormentas eléctricas o tempestades.

Veamos un nimbo-estrato, con estas dos palabras se puede hacer una contracción así: Nimbostrato.


Los cúmulos son grandes nubes hinchadas, con sus bases planas, que divagan por los espacios celestiales, en los días de verano.

Observen como los cúmulos, casi siempre están imitando, figuras animales de gran tamaño, que pudiéramos llamar mastodontes, por esta razón algunas nubes toman el nombre de mastodónticas.

Veamos unos cúmulos:


Pero los cúmulos, también se asocian con los nimbos y dan origen a las nubes llamadas cumulonimbos:


Hay unos cirros preciosos que se forman en los días de verano, como estos:


Cuando lo cirros se alían con los estratos, hacen malabares en el cielo, como estos:


Si los cúmulos están muy levados, se llaman altocúmulos
como en esta fotografía:


Cuando los estratos se elevan mucho en la atmósfera, hacen estas autopistas aéreas, tan de buena presencia, a las que llamamos altoestratos, también aquí podemos hacer contracción y decimos altostratos.


Ahora miremos un gráfico, que nos muestra como es la posición en la atmósfera, es decir la altura, la que genera los distintos tipos de nubes:


Como punto final veamos cómo son las nubes en otros planetas:

Las nubes de Venus están compuestas de
gotas de ácido sulfúrico.

En cambio las de Marte son compuestos de
agua y dióxido de carbono.

Titán, que es un satélite, tiene una atmósfera cubierta por
hidrocarburos y debajo de ella, hay nubes de metano.

Los dos grandes colosos del sistema solar: Júpiter y Saturno, tienen varias categorías de nubes, así: Unas son de amoníaco, otras son de hidrosulfuro de amonio y unas terceras son de agua.
 

Urano y Neptuno, tienen nubes de metano y
algunas parecidas a las de Júpiter.
 


Sopetrán, Febrero 19 del 2013.

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