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jueves, 12 de septiembre de 2013

Acerca del cristo de la parroquia


 Sopetrán, Rincón de las Palmas. Carrera Córdoba #11-29. Teléfonos: 8543151 y 3206093059

Comentario importante

El cristo del altar mayor del templo parroquial de Sopetrán, que nos acompañó siglo y medio y estuvo escuchando nuestras súplicas, ya no está en su sitio, porque fue llevado a la capilla del Sagrado Corazón el día de la procesión del Santo Sepulcro y lo remplazaron, por un cristo, casi del mismo tamaño, pero que no cumple con nuestras expectativas, porque cuando estamos enseñados, a rezarle a una imagen, es casi un imposible que nos adaptemos a presentar nuestras súplicas ante otra, que no es la que estamos enseñados a ver.


La inmensa mayoría de feligreses que han hablado de este cambio conmigo no están de acuerdo con esta actitud, porque todos los humanos somos resabiados y cuando nos enseñamos a ver un santo, los demás no nos producen, la alegría ni el respeto suficientes, para rezarles.


Esta es la nueva imagen de Jesucristo crucificado, que exhibe el templo parroquial de Nuestra Señora, pero si lo analizan con mucho cuidado, como lo hacemos los que estamos apegados al patrimonio que maneja nuestra parroquia, se darán cuenta inmediatamente de las diferencias notables que hay entre las dos imágenes.

Nuestro cristo es tallado en madera y es macizo; el nuevo es de cualquier vagabundería de esas que hacen los escultores modernos, que no tienen idea de esculpir.

El nuestro, tiene una inclinación muy lógica, para una persona que acaba de expirar; el nuevo como que quiere morirse y como que quiere quedarse vivo.

El paño que cubre el genital de nuestro cristo, es totalmente diferente al del otro que tiene mucho tilín y pocas paletas.

El nuestro, tiene los brazos descolgables y lo acompañan unos hombros postizos que se le colocan a la imagen, cuando está en el cofre, por medio de unos ganchos para que la imagen se vea normal; el nuevo tiene los brazos adheridos al cuerpo y no se puede depositar en el cofre.

Hasta la pintura del nuestro fue aplicada con más fervor y con más conocimiento artístico, que la del el nuevo.

Los brazos de nuestro cristo tienen unas bisagras que le permiten la función de descolgarlo; el nuevo carece de ellas.

El pelo de nuestro cristo, se ve caer en los hombros de una forma muy normal; el nuevo tiene un pelo, que imita una peluca

Las heridas de nuestro cristo, son totalmente diferentes a las que tiene el nuevo.

En esencia el nuevo cristo no nos gusta a los que sabemos de arte ni a la feligresía.

Sopetrán, Septiembre 10 del 2013.

Darío Sevillano Álvarez.




Cédula de ciudadanía: Número: 3’ 620. 074 de Sopetrán.



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