¿Por
qué la Iglesia Católica en su Biblia, no habla de la infancia de Jesús, a
sabiendas de que es el protagonista del Nuevo Testamento?
Darío Sevillano Álvarez
Darío Sevillano Álvarez
Es
una verdadera lástima, que siendo Jesucristo el protagonista del Nuevo Testamento
de la Biblia Católica, ningún evangelista se haya atrevido a contar las cosas
buenas y malas, que hizo Jesucristo, en sus veintinueve años de infancia,
adolescencia y vida adulta privada.
Mi
propósito en este escrito es anunciar algunas cosas que escribieron de Él, las
personas que vivieron en su época y que tal vez, por haber hecho las crónicas
en una forma un poco mal contadas, los codificadores de la Biblia no se
atrevieron a tenerlos en cuenta y creyeron que no eran de una buena fuente.
Ninguno
de los hechos que voy a contar pertenece a la Biblia Católica, pero esto no
quiere decir, que no sienta todo el respeto y la admiración, que ella se
merece.
Mi
relato lo voy a empezar cuando la sagrada familia empezó el viaje hacia las
tierras de Egipto.
En
el libro llamado La historia de José el carpintero, escrito en el siglo IV, donde
Jesús aparece contando a sus apóstoles detalles de su niñez, dice: «Bajamos,
pues, a Egipto y permanecimos por espacio de un año, hasta que el cuerpo de
Herodes, vino a ser pasto de gusanos».
Durante
el viaje por las tierras desérticas, el hambre y la sed fueron los principales
problemas de la sagrada familia, y al pasar por una palma de dátiles que estaba
llena de frutos sazonados, la Virgen dijo a José:
—Que
bueno poder comernos esos dátiles.
—Parece
raro que viéndolos tan altos — José le replica— te provoque comerlos.
Y
en ese momento el niño actúa y la palma se inclina, para que la virgen recoja
sus frutos.
Como
el niño estaba muy pequeño, María no consentía que saliera más allá de donde
ella lo pudiera vigilar y cuidar, pero José la convenció de que el niño debía
jugar con los demás niños de su edad y ella accedió a dejar que se
desenvolviera normalmente.
En
los primeros días del mes de octubre, salieron de viaje para Nazaret, por el
camino de Lida en Escitópolis, para no dejarse ver mucho de los soldados y
amigos del rey, pero cuatro familiares, los escoltaron, porque ese camino era
solitario y los podían atacar, las bandas de ladrones.
Después
de cuatro días de viaje, llegan a Nazaret y los primeros sorprendidos fueron
los familiares de los dos, porque nadie sabía que ellos habían regresado de
Egipto.
Como
la casa que era de su propiedad estaba ocupada por un hermano de José, este
procedió a mudarse y a partir del otro día, la sagrada familia empieza a vivir
su vida privada en medio de la mayor tranquilidad.
Es
bueno recordar que la permanencia en la ciudad de Nazaret, va a ser la parte
más grata de la sagrada familia, porque en esa ciudad pasaron muchos años
tranquilos y seguros, además de bien tenidos económicamente
Muy
cercanos a la casa de ellos, había en Nazaret otras familias que contaban con
otros cuatro o cinco niños, que se hicieron buenos amigos del Niño Dios y
jugaban con Él, con alguna frecuencia.
Uno
de sus juegos predilectos era jugar con los arroyos, una cosa muy parecida a la
que hacen los niños modernos, cuando hacen puentes sobre ellos y por esos
puentes, pasan sus juguetes.
Si
recordamos que en las tierras de oriente medio, los rebaños de cabras y ovejas
o carneros, son abundantes, también el Niño Dios jugaba con las crías de estos
animales, tal como lo hacen los hijos de los ganaderos modernos.
El
Niño Jesús, según dice el padre Gaspar Astete, en su catecismo de la doctrina
cristina, en la pregunta número 96, que a la letra dice: «¿Dónde vivió Jesús
hasta los treinta años de edad?»
Y
la respuesta dice: «Hasta los treinta años de edad Jesús vivió en Nazaret,
obedeciendo en todo a María Santísima y a San José y creciendo siempre en edad
y sabiduría, delante de Dios y de los hombres».
El comportamiento del Niño, aunque a veces mostraba todo su poder, era adecuado a la fortaleza de su cuerpo y a las normas hogareñas, en que se estaba formando.
Dice
uno de los evangelios apócrifos, que cuando tenía unos cinco años, el Niño se
acercó a un charco y empezó a amontonar barro y luego, esculpió una cantidad de
pájaros.
Pero
eso fue un día sábado, en que el pueblo de Israel, no podía hacer ningún
trabajo; entonces unos fariseos, lo increparon, porque estaba quebrantando esa
norma religiosa, Él no les prestó importancia, pero cuando los vio muy
enojados, dijo:
—¿Habré
pecado tanto?
Y
luego dio unos golpes en el suelo y los pájaros salieron volando y cantando.
Un
escritor muy conocido, Germán Arciniegas, escribió este acontecimiento
magistralmente y a esa poesía le puso por nombre El miagro de los pájaros.
Pueden
disfrutarla con todas sus figuras literarias:
El
milagro de los pájaros
Jesús,
en aquel tiempo, en tarde hermosa,
fragante y rumorosa,
llegó del lago a la desierta orilla,
y junto a sus discípulos sentado,
bajo el fresco arbolado,
fue ante sus pies amontonando arcilla.
fue ante sus pies amontonando arcilla.
Y empezó a modelar mirlas, zorzales,
palomas y turpiales
y jilgueros con arte peregrino;
y los niños al verlo, abandonaron
sus juegos y llegaron
en torno del artífice divino.
Fariseos ceñudos que del templo
regresaban: «qué ejemplo
das tú», gritaron con acento airado;
¿En sábado trabajas? ¿No comprendes
que al Dios del Cielo ofendes?
El día del Señor has profanado.
Alzó
como en un ruego la mirada
hacia la turba airada,
y en voz humilde y de cadencia suave,
voz armoniosa de celeste encanto:
¿Habré pecado tanto?
y el pico terminó de un ave.
Y
luego ante la turba que con ira
su indiferencia mira,
y que sigue en redor vociferando,
tres golpes dio en el suelo.
Y al instante, hacia el azul radiante,
Y al instante, hacia el azul radiante,
se
lanzaron los pájaros cantando.
¿Cuál
sería el alboroto que se armó, cuando los sumos sacerdotes y el sanedrín
supieron lo acontecido?
En
uno de los capítulos de los evangelios apócrifos, dice: Todas las cosas que el
Niño Jesús decía o pensaba, inmediatamente se realizan y por esta razón, todos
los habitantes de Nazaret, lo respetaban y creían en lo que les decía.
Los
curiosos, quedaron admirados de lo que estaban viendo y decían: «El poder de
Dios está con Él».
La
Virgen estaba admirada de lo que veía y guardaba todas estas cosas en su
corazón de Madre.
Un
hombre importante del pueblo, había contratado a José para que le hiciera una
cama; cuando José cortó los dos largueros, uno de ellos quedó más largo que el
otro y estaba en un apuro, porque no tenía más madera para solucionar el error;
el Niño le dice: Coloca los dos largueros uno encima del otro y cuando vio que
había uno más pequeño, tomó su punta y lo jaló y los dos quedaron iguales.
Jesús
a lo largo de sus días, mostró ser muy especial con los niños, estas dos
imágenes muestran distintas escenas, en donde demuestra esta predilección:
—¿Conoces
la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro? Contaban los antiguos
cristianos, que esa virgen fue pintada por San Lucas y que representa un
momento terrible, que tuvo el Niño Dios, cuando se acordó de su pasión y muerte
en la cruz y que sintió tanto miedo, que corrió y se subió a los brazos de
nuestra Señora, para que lo protegiera y el Padre Eterno, le mandó como
consuelo a dos arcángeles: San Miguel y
San Gabriel que le están mostrándole los signos de la pasión.
Ellos
son la lanza y la caña con una esponja con hiel y vinagre; y el otro sostiene
la cruz y los clavos.
(Clicar la figura para aumentar el tamaño y poder leer la oración).
Las
letras de este cuadro, son todas del idioma griego y se pueden descifrar así: A
los lados de la cabeza de la virgen dice, la madre de Dios; a un lado del Niño
dice Jesucristo salvador del mundo; debajo del arcángel de la derecha, dice al
arcángel Miguel; y debajo del otro arcángel dice, el arcángel Gabriel.
Cuando
tuve la oportunidad de constatar la veracidad de la historia de mi abuela,
logré saber, que el cuadro que pintó San Lucas, fue venerado con profundo
respeto, por las comunidades cristianas del oriente de la tierra, pero cuando
los Turcos invadieron la ciudad de Constantinopla, en el año de 1453, en donde
lo veneraban, fue quemado, por estos sinvergüenzas.
El
cuadro que ahora veneran los padres redentoristas, y que está en la Iglesia de
San Alfonso, muy cerca de Santa María la Mayor en Roma, es una obra pintada en
nuestra era y por circunstancias especiales, fue guardada en el Vaticano, bajo
la protección de los papas, pero cuando los redentoristas le pidieron a Roma,
les concediera volverla a venerar en su Iglesia de San Alfonso, el papa Pío XI
se las devolvió.
Los
evangelios apócrifos, también cuentan la historia de que el Niño Dios, en una
de sus vistas a Jerusalén, estuvo conversando con los doctores de la ley y
todos se quedaron admirados de ver como dominaba todos los documentos
relacionados con las escrituras.
Recuerden
ustedes, que este acontecimiento representa uno de los dolores de Nuestra
Señora, que es la pérdida del Niño; y el hallazgo es un misterio gozoso del Rosario.
Las
gentes se decían: Este Niño viene del cielo y ha salvado a muchos de la muerte.
Para
hacer este escrito, me basé en las siguientes obras:
Evangelio
de la Infancia de Jesús, versión Armenia;
Evangelio
de la infancia de Jesús versión árabe;
Evangelio
apócrifo de la infancia, Pseudo Tomás;
el
libro Urantia;
La historia de José en sus dos versiones, la árabe y la Armenia;
y
muchas crónicas que escuché en los lugares en donde estudié y en mi casa
paterna.
Sopetrán,
Mayo 17 del 2017.
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