¿Cómo nació la Biblia católica?
Darío Sevillano Álvarez
Este libro tiene una larga historia,
que muchos no conocen y por esa razón, me propongo contar algunos intríngulis,
sobre su nacimiento y posterior desenvolvimiento, hasta cuando llegó a nuestros
días.
Han sido muchas las peripecias que, a
los sabios de la Iglesia Católica, se les han presentado, para lograr configurar
el libro que ahora llamamos Biblia.
Recordemos que en el año 605 antes de
Cristo o antes de nuestra era, el pueblo hebreo, en donde estaban algunos
escritos que podrían ser el principio de ese libro, sufrió un revés, cuando el
Rey Nabucodonosor, conquistó a Jerusalén y después de esto se llevó prisioneros
a sus habitantes, para la ciudad de Babilonia y allí los tuvo como esclavos por
algunos años.
Conocemos este acontecimiento en la
historia universal como la diáspora del pueblo de Israel.
Pero en los libros de la Biblia, se
narra, como la cautividad de Babilonia.
También la historia nos cuenta que no
todos los ciudadanos de la urbe y los campos, cayeron en la redada y unos se
quedaron en sus tierras, otros se fueron para Egipto y el resto fueron esclavos
en la gran ciudad de la Mesopotamia.
La ópera Nabucco, escrita por Giuseppe
Verdi, fue dedicada a este pasaje bíblico, y cautivó a todos los italianos,
cuando se estrenó en la Scala de Milán, el día 9 de marzo de 1842.
Uno de los coros de la ópera, es el
famoso: Va pensiero, que en español dice así:
Pensamiento, sobre alas doradas,
Marcha y posa, por cimas y bosques;
Donde brisan las cálidas suaves,
Auras dulces del cielo natal.
Como los ciudadanos de la Tierra hemos
estado en guerras, día a día, desde el momento en que aparecimos hasta hoy,
todo por religión, por política o por amor; el rey Ciro de Persia, conquistó a
Babilonia y les dio la libertad a los Israelitas, para que volvieran a su
ciudad.
Pero al regresar, la inmensa mayoría
de ellos, no llegaron a Jerusalén, sino que viajaron a Egipto a reunirse con
los que se libraron de la esclavitud y se radicaron en la ciudad de Alejandría.
Esto quiere decir, que los judíos
estaban dispersos en una diáspora, unos en Jerusalén y otros en Alejandría.
Todo este preámbulo, para contarles
algo muy importante, relacionado con el nacimiento del antiguo testamento de la
Biblia Católica.
Cuando los Israelitas llegaron a
Alejandría, como el bibliotecario de la ciudad, Demetrio de Falerón, que
manejaba la biblioteca más importante del mundo antiguo, quería tener los
relatos que el pueblo Hebreo, hacía, desde sus orígenes, el Rey Ptolomeo II,
invitó a setenta sabios de Israel, para que hicieran la historia de su largo
trasegar por espacio de los siglos, entre Adán y Eva y la cautividad en
Babilonia y a estos relatos, los llamaron la Biblia de Alejandría o Biblia
Alejandrina, pero también se le decía: La Biblia de los setenta o Septuaginta,
que es nada más, ni nada menos, que el antiguo testamento de la Biblia actual.
Es bueno contarles que como el idioma
griego era casi como el oficial del mundo conocido y los otros habían entrado
en decadencia, la Biblia Alejandrina fue traducida del arameo y del hebreo al
griego.
Es una única lástima que de esos
escritos que hubo en la biblioteca de Alejandría, no quedan rastros físicos,
porque un animal con figura de humano, de la religión musulmana, cuando
conquistaron la ciudad y llegaron a su biblioteca, hizo este razonamiento: «Esta
biblioteca o contiene la ciencia que maneja el Corán o la contradice; en el
primer caso es importante quemarla, por inútil y en el segundo caso se debe
quemar por perversa y procedieron a quemar, la única joya escrita interesante
de la humanidad a de esa época.
Hubo grandes disturbios entre las
distintas corrientes de seguidores del pueblo de Dios para reconocer todos los
libros del antiguo testamento y siete de los libros no fueron reconocidos por
todos, ellos son:
Tobías
Judit
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría
Eclesiástico (también llamado Sirac)
Baruc
Estos libros reciben el nombre de
deuterocanónicos.
Vale la pena aclarar que significan
dos palabras, que vamos a manejar con alguna frecuencia, cuando de la Biblia se
trata; apócrifos y deuterocanónicos; la primera significa, ‘escondido’, porque
el nombre del autor del libro es un falso nombre y la segunda, que no fueron
aprobados con los primeros, es decir, que pertenecen a un canon distinto.
La canonización de los libros de la Biblia,
es decir, el reconocimiento que de ellos hacen los altos funcionarios eclesiásticos,
es la que les da validez como auténticos.
Cuando el idioma latino se hizo muy
importante y empezó a ser la lengua oficial de muchos estados, San jerónimo
tradujo la Biblia a ese idioma y tomó el nombre de Vulgata que significa ‘del
pueblo’.
Pero San Jerónimo cometió un error, y
no tradujo los siete libros deuterocanónicos, porque estaba traduciendo de una
versión que no los tenía, pero los miembros de la Iglesia Católica, le pidieron
que los incluyera y esa Biblia fue aceptada por todos.
Los concilios de Hipo y de Cartago
fueron los que reconocieron los libros de la Biblia y fijaron la cantidad para
cada testamento: 46 para el antiguo testamento y 27 para el nuevo.
Los primeros recopiladores, borraron
del plano de los posibles muchos escritos del tiempo de Jesucristo, porque
encontraron pasajes que, de alguna manera, no convenía que la comunidad
religiosa católica los conociera y trataron de acabar con ellos, pero los
moradores de la Tierra de esos tiempos fueron lo suficientemente sagaces y los
escondieron en cuevas cercanas al mar muerto, para que la posteridad, algún día
los conociera.
En la actualidad, la comunidad
científica, los antropólogos y muchos investigadores de otras disciplinas del
saber, han estado encontrando y traduciendo esos textos y ya se consiguen en
todas las librerías los contenidos de ellos.
Los encargados de organizar los libros
de la Biblia fijaron unas condiciones especiales, para saber que el libro si
fuera de buena calidad, las normas eran estas:
1.- Que fuesen escritos por un apóstol
o su discípulo.
2.- Que se utilizara en la liturgia de
las iglesias apostólicas, como Roma, Corintio, Jerusalén, Antioquía, etc.
3.- Que estuviera en conformidad con
la fe católica recibida de los apóstoles.
Al aplicar estas normas, muchos
escritos se quedaron sin poder ser clasificados para integrar la Biblia
Católica, algunos de ellos son el Evangelio de Tomás; el evangelio de Judas; el
evangelio de Pedro; el evangelio de María Magdalena, y otros más.
El canon de 46 libros para el antiguo
testamento y 27 para el nuevo, ha venido siendo ratificado por los papas y por
los concilios.
Martín Lutero, para justificar sus
creencias suprimió algunos libros de los que tiene la Biblia, como canónicos,
es decir, como reconocidos.
Es bueno saber que como la ciencia y
los investigadores todos los días descubren escritos relacionados con los
tiempos de Jesucristo, es bueno tener en cuenta estos acontecimientos:
En el siglo III antes de Cristo el rey
Ptolomeo II reunió setenta sabios judíos para transcribirla.
El primer manuscrito se destinó a la
biblioteca de Alejandría y desde entonces ha habido miles.
El descubrimiento de los rollos del mar
Muerto en 1947 apenas modificó el Antiguo Testamento.
Cada año aparecen textos manuscritos
que desatan debates encendidos sobre la Biblia.
La recopilación hebrea de la historia
del pueblo de Israel, a la que llamaban texto masorético, es decir, la
tradición en el idioma hebreo, fue realizada en el siglo IX después de Cristo y
es bueno decir, que esta versión no incluía el nuevo testamento.
El Nuevo Testamento y la recopilación
de los evangelios que retrataron la vida de Jesús, tuvo numerosas fuentes y
autores.
El papiro más antiguo del Nuevo
Testamento es un fragmento de San Juan que data de los años 125-130, después de
Cristo.
Los textos de la Biblia que hoy
conocemos, se deben al esmero que los monjes y copistas de los relatos antiguos
de la Biblia escribieron, para que nosotros tuviéramos ese conocimiento.
Con el encuentro de los rollos de
papiro en una cueva, por unos pastores beduinos, se armó la de Troya, porque
los escritores de la época creían que esos rollos iban a ser el remplazo de la
Biblia, pero unos especialistas en papiros encontraron la verdad y esos rollos
del mar muerto, solo pudieron aclarar algunos pasajes del antiguo testamento.
Estos escritos, pertenecían a pasajes
comprendidos entre el año 150 antes de Cristo y hasta el año 70 de nuestra era.
¿Cómo apareció el Nuevo Testamento?
Aunque parezca increíble, reunir las
partes del Nuevo Testamento fue una tarea incluso más ardua para los eruditos.
Tras la muerte de Jesús, en la primera
mitad del siglo I, sus milagros y obras fueron pasando de boca en boca hasta
extenderse por todo el Mediterráneo.
En la segunda mitad del siglo I había
decenas de versiones: en siríaco, en copto, en latín, en griego culto, en
armenio... Algunas coincidían, otras no.
En el 370 se elaboró una lista que
contenía cuatro evangelios creíbles, además de epístolas o cartas de San Pablo,
hechos de Apóstoles y el Apocalipsis de San Juan.
En un concilio celebrado en 397
después de Cristo fueron consagrados después de cotejar unos con otros, y
descartar varias versiones.
La formación del canon del nuevo
testamento, resultó de mucha complejidad y fue muy difícil de escribir y se
puede dividir en dos períodos importantes: La formación del canon ente los
siglos I y II y la constitución definitiva, entre los siglos III y IV.
Esto quiere decir que la Biblia
Católica, solo apareció completa en el siglo IV de nuestra era.
Los manuscritos que sirvieron para
armar este complicado rompecabezas, están dispersos en el Vaticano, en San
Petersburgo, en Paris, en Cambridge y el manuscrito más completo, que es el Codex
sinaíticus, está en la biblioteca británica de Londres.
Cada año, aparecen nuevos trozos del
Nuevo o del Antiguo Testamento, y entonces se desata una pelea para saber si es
copia fiel, o si es una versión mal trabajada.
La Iglesia Católica debe estar
preparada, para manjar esos acontecimientos, porque los historiadores sabemos
que en las ciencias sociales no hay verdades absolutas y todas dependen del
grado de profundidad de la investigación, que se está haciendo.
Sopetrán, 15 de mayo del 2017.
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