Padre Juan Diego Escobar Gaviria
Aclaración: Desde hace varios meses los vídeos de Youtube me están quedando descentrados y con la imagen recortada a la derecha. No he podido encontrar la forma de que queden como antes. He visto Otros blogs a los que les pasa lo mismo. Por eso en la Semana Santa, sólo puse los enlaces para que se vieran directamente en la pantalla de Youtube. Como la Entrada queda mejor presentada con los vídeos, he optado por repetir debajo de ellos un enlace que remite a la vista de Youtube. Si alguien sabe cómo subsanar este inconveniente, le agradezco de antemano si me lo enseña. El editor.
El padre Juan Diego nació en Medellín el 13 de mayo de 1958. Su existencia pasó por Sopetrán en las personas de su mamá, Carlota Gaviria Jaramilo, de su abuelo materno, Jesús Gaviria Villa y de sus bisabuelos Rubén Gaviria Duque y Clementina Villa Muñoz. Su tatarabuelo Vicente Gaviria Gallón fue uno de los dos hermanos que llevaron el apellido Gaviria de San Benito en Medellín a Sopetrán.
Actualmente es el párroco de un pueblo llamado Lucas González en la provicia de Entre Ríos en el nordeste de la República Argentina.
Thiago nació con una discapacidad motriz. Su mamá recurrió a diferentes médicos, sanadores y todo tipo de curanderos sin encontrar solución. Su fe y el padre Juan Diego fueron su cura.
Del diario Uno de Paraná, domingo 3 de julio de 2011.
La historia de Thiago conmueve a medida que el cronista la va escuchando. Mientras las palabras, muchas veces entrecortadas y temblorosas, salen de la boca de su mamá, Silvina Giménez, al recordar su peregrinaje por innumerables lugares en busca de una cura para su hijo menor.
“Thiago nació con discapacidad motriz, pasado el tiempo me fueron diciendo que no podría caminar no tendría razonamiento y todos me decían que no iba a caminar” expresa la mamá.
El nombre de la enfermedad de Tiago es necrocefalia, que produce la pérdida de las funciones motrices y en muchos casos sensoriales. Esto llevó a su mamá a una búsqueda tremenda de soluciones, de cura para Thiago.
Silvina buscó con médicos, fue al Garrahan, a las iglesias evangelistas de calle Corrientes en Buenos Aires, a curanderos. Sólo la suerte, traducida en destino sin dudas, la puso con una vecina que la contactó con el padre Juan Diego, de Lucas González.
Todo lo posible
La misma Silvina cuenta una historia que seguramente tendrá puntos en común con tantas en Entre Ríos y el país: “Hace unos tres años me comentaron que había una iglesia así, con un hombre, un cura que era carismático”. Pero antes de esto hay una historia que merece ser contada. Es la historia de una madre que hizo todo por su hijo, como tantas, como debe ser, para que su hijo camine, se desarrolle, lleve una vida normal, con escuela, amigos. Todo gracias al amor y la tosudez de su madre y a la fe.
“No hay solución”
“Lo he llevado a todos lados y siempre salía llorando porque me decían ‘mira mamá, esto es así, no hay solución’. Lo he llevado a todos lados, hasta las iglesias de calle Corrientes en Capital Federal. Mi papá me llevaba todos los fines de semana, sacando plata de donde no había, lo que queríamos era que caminara…”.
El destino o la suerte, o la fe, como se quiera llamarlo, la cruzó a Silvina con una vecina de su mamá que tenía un hijo con problemas de habla. “Me dijo que su hijo empezó a hablar y ahora lo hace clarito, luego de llevarlo al padre Juan Diego. Le dimos una foto de Thiago y le escribimos una carta al padre. Tiempo después fuimos. Teníamos sólo para el combustible hasta Lucas González. Entrás ahí, a esa iglesia, con esa carga, con esa mochila, porque vas mal, no solamente por tu hijo sino por todo. Pero una vez que entrás ahí te entregás. Te van a pasar mil cosas en ese momento. Decís que no vas a llorar o cantar porque te están mirando, cantan unas alabanzas y te entregás, sentís lo que estás haciendo”.
El contacto
El relato de Silvina no es para escépticos o descreídos. Desafía toda lógica. Y sigue sin que el cronista pregunte: “Cuando el padre lo ve a Thiago le pregunta ‘¿qué pasa Thiago?’.
Le digo que no quiere ir a la escuela, no quiere caminar, nada. El padre le dice que no, que salga ‘vamos Thiago, salgamos’. Empezamos a ir seguido. El padre le dio un aceite para que se lo pasemos. Siempre rezando el Padre Nuestro. Nada de dar dinero o esas cosas, jamás nunca nos pidieron nada. He dejado plata en la ofrenda, pero nunca me pidieron”.
Esta última afirmación también refuerza este acto de fe, de creencia, echando por tierra cualquier lógica especulación comercial. Después de estos encuentros con el padre Juan Diego, Silvina afirma: “Thiago empezó a caminar, a ir a la escuela”.
Complicaciones
Esto produjo también que afloren los malos recuerdos, las pálidas, las negaciones, como bien lo marca la mamá “fue discriminado en el Solar a pesar de no ser discapacitado mental. Tuvimos que pagar en una escuela para que una chica lo cuide en el jardín y un montón de cosas”, recuerdos que quedaron allá lejos, hoy como dolorosas anécdotas cuando Silvina, con una enorme sonrisa, dice que Thiago “hoy va a la escuela. Con muletas, pero va, pasó de grado. Él mismo notó un cambio grande en él y nosotros también. Todo fue un cambio para nosotros, hasta el nene más grande nuestro cambió”, relata la madre mientras recuerda tiempos difíciles y disfruta del presente que le permite ver un futuro mejor para su hijo.
Historia no apta para no creyentes
La historia de Thiago es palpable porque cualquier uruguayense lo puede ver en la Peatonal, yendo desde el kiosco de sus padres hasta los jueguitos o verlo ingresar a la escuela Nº 109 para cursar su 3º grado.
Una historia más que muestra familias con mucha fe que terminan alcanzando sueños que durante años parecieron quimeras inalcanzables.
El padre Juan Diego
La historia del padre Juan Diego Escobar dice que nació en Colombia y desde hace unos años está al frente de la iglesia católica de Lucas González, diócesis de Paraná.
Pertenece al movimiento carismático y es párroco de la iglesia San Lucas Evangelista, ubicada en el centro del tranquilo pueblo, Lucas González, y pertenece a la Cruzada del Espíritu Santo, una Asociación Clerical de Sacerdotes y Clérigos cuyo propósito es cuidar de las necesidades espirituales de todos los hombres.
La Cruzada es liderada hoy por el padre Ignacio Peries, cura sanador reconocido en todo el mundo y que en la ciudad de Rosario, da misas multitudinarias en su parroquia Natividad del Señor.
Tras otra prueba de fe, Thiago ahora les dijo adiós a las muletas
Enlace de esta noticia
El domingo participó del encuentro con el padre Darío Betancourt quien le ordenó que caminara por sus propios medios. Nació con un problema motriz y la fe de su familia le ha cambiado la vida.
Del diario Uno de Paraná, martes 5 de julio de 2011.
Gerardo Iglesias / redacción de UNO
giglesias@unoentrerios.com.ar
Thiago salió del templo y tiró las muletas al interior del auto. “Chau, a ustedes no las uso más”. Minutos antes el padre Darío Betancourt, desde el atril de la iglesia de Lucas González le había dicho que largue las muletas, que camine solo. Y él, Thiago, desde sus 8 años miró a su mamá Silvina y después se largó. Las muletas quedaron recostadas contra el banco.
El pibe salió caminando, tembloroso, rumbo al atrio donde estaba ese señor que le había dado la orden. Ocurrió el domingo, el mismo día en que UNO publicó la nota sobre el milagro de Thiago, el gurí de Concepción que nació con problemas motrices que le impidieron caminar en sus primeros años. La suerte y el destino lo llevaron ante el padre Juan Diego primero y al padre Darío Betancourt ahora.
El domingo, para continuar con una curación asombrosa, mamá Silvina marchó una vez más, como tantas, desde La Histórica hasta Lucas González, para seguir con la curación de Thiago. La inmensa movida que se armó desde Concepción para ir al pueblo de Rosario del Tala fue impresionante, con muchas trafics y autos particulares.
Silvina, otra vez con emoción, le relató al cronista lo que pasó “fue impresionante. El padre Darío dio la misa. En un momento empezó a decir “llamen a la familia de la chica que es anoréxica y pregunten qué esta haciendo. ‘Está comiendo’ le dijeron. Llamen a la familia que tiene un familiar internado con mucho dolor. Al ratito le respondieron que se había sentado en su cama aliviado. La pareja de más de 40 años que no puede tener hijos, dentro de 10 meses le traen todos los chicos al padre Juan Diego para que se los bautice. La pareja estaba al lado mío. Se abrazaban y lloraban los dos sin creerlo”.
Cuesta comprender, aceptar semejante relato. Pero este cronista recibió el domingo a la noche tres llamados que confirman el relato de Silvina y le adelantaron lo que estaba por contar la mama de Thiago. El último pedido del padre Darío fue “que se pare ese chico y camine. Y salió caminando rumbo al atrio sin las muletas”, cuenta la mamá tirando por tierra el escepticismo de muchos.
Sin autorizaciónAl regreso a Concepción las muletas fueron atrás, con la confianza y la esperanza de Thiago: “No te uso más a vos”. Y ayer también fue el primer día de escuela sin ellas, más allá de la prohibición de las autoridades a que ande sin ellas dentro del establecimiento. Para esto, Thiago necesitará una autorización médica. Pero eso ya es otra cosa. La autorización para caminar se la dio su propia fe y su propia lucha, emprendida con su madre Silvina desde los primeros años de vida. Aún tiene mucho por recorrer, mucho por recuperar. Lo cierto es que hoy, Thiago camina solo, sin muletas, algo impensado hace menos de un año atrás. Cuestión de fe. Creer o reventar como dice la vulgar y sabia frase. Pero hoy, el andar de Thiago es la prueba fiel de la fe
El Padre Darío Betancur en Lucas González I
“Thiago nació con discapacidad motriz, pasado el tiempo me fueron diciendo que no podría caminar no tendría razonamiento y todos me decían que no iba a caminar” expresa la mamá.
El nombre de la enfermedad de Tiago es necrocefalia, que produce la pérdida de las funciones motrices y en muchos casos sensoriales. Esto llevó a su mamá a una búsqueda tremenda de soluciones, de cura para Thiago.
Silvina buscó con médicos, fue al Garrahan, a las iglesias evangelistas de calle Corrientes en Buenos Aires, a curanderos. Sólo la suerte, traducida en destino sin dudas, la puso con una vecina que la contactó con el padre Juan Diego, de Lucas González.
Todo lo posible
La misma Silvina cuenta una historia que seguramente tendrá puntos en común con tantas en Entre Ríos y el país: “Hace unos tres años me comentaron que había una iglesia así, con un hombre, un cura que era carismático”. Pero antes de esto hay una historia que merece ser contada. Es la historia de una madre que hizo todo por su hijo, como tantas, como debe ser, para que su hijo camine, se desarrolle, lleve una vida normal, con escuela, amigos. Todo gracias al amor y la tosudez de su madre y a la fe.
“No hay solución”
“Lo he llevado a todos lados y siempre salía llorando porque me decían ‘mira mamá, esto es así, no hay solución’. Lo he llevado a todos lados, hasta las iglesias de calle Corrientes en Capital Federal. Mi papá me llevaba todos los fines de semana, sacando plata de donde no había, lo que queríamos era que caminara…”.
El destino o la suerte, o la fe, como se quiera llamarlo, la cruzó a Silvina con una vecina de su mamá que tenía un hijo con problemas de habla. “Me dijo que su hijo empezó a hablar y ahora lo hace clarito, luego de llevarlo al padre Juan Diego. Le dimos una foto de Thiago y le escribimos una carta al padre. Tiempo después fuimos. Teníamos sólo para el combustible hasta Lucas González. Entrás ahí, a esa iglesia, con esa carga, con esa mochila, porque vas mal, no solamente por tu hijo sino por todo. Pero una vez que entrás ahí te entregás. Te van a pasar mil cosas en ese momento. Decís que no vas a llorar o cantar porque te están mirando, cantan unas alabanzas y te entregás, sentís lo que estás haciendo”.
El contacto
El relato de Silvina no es para escépticos o descreídos. Desafía toda lógica. Y sigue sin que el cronista pregunte: “Cuando el padre lo ve a Thiago le pregunta ‘¿qué pasa Thiago?’.
Le digo que no quiere ir a la escuela, no quiere caminar, nada. El padre le dice que no, que salga ‘vamos Thiago, salgamos’. Empezamos a ir seguido. El padre le dio un aceite para que se lo pasemos. Siempre rezando el Padre Nuestro. Nada de dar dinero o esas cosas, jamás nunca nos pidieron nada. He dejado plata en la ofrenda, pero nunca me pidieron”.
Esta última afirmación también refuerza este acto de fe, de creencia, echando por tierra cualquier lógica especulación comercial. Después de estos encuentros con el padre Juan Diego, Silvina afirma: “Thiago empezó a caminar, a ir a la escuela”.
Complicaciones
Esto produjo también que afloren los malos recuerdos, las pálidas, las negaciones, como bien lo marca la mamá “fue discriminado en el Solar a pesar de no ser discapacitado mental. Tuvimos que pagar en una escuela para que una chica lo cuide en el jardín y un montón de cosas”, recuerdos que quedaron allá lejos, hoy como dolorosas anécdotas cuando Silvina, con una enorme sonrisa, dice que Thiago “hoy va a la escuela. Con muletas, pero va, pasó de grado. Él mismo notó un cambio grande en él y nosotros también. Todo fue un cambio para nosotros, hasta el nene más grande nuestro cambió”, relata la madre mientras recuerda tiempos difíciles y disfruta del presente que le permite ver un futuro mejor para su hijo.
Historia no apta para no creyentes
La historia de Thiago es palpable porque cualquier uruguayense lo puede ver en la Peatonal, yendo desde el kiosco de sus padres hasta los jueguitos o verlo ingresar a la escuela Nº 109 para cursar su 3º grado.
Una historia más que muestra familias con mucha fe que terminan alcanzando sueños que durante años parecieron quimeras inalcanzables.
El padre Juan Diego
La historia del padre Juan Diego Escobar dice que nació en Colombia y desde hace unos años está al frente de la iglesia católica de Lucas González, diócesis de Paraná.
Pertenece al movimiento carismático y es párroco de la iglesia San Lucas Evangelista, ubicada en el centro del tranquilo pueblo, Lucas González, y pertenece a la Cruzada del Espíritu Santo, una Asociación Clerical de Sacerdotes y Clérigos cuyo propósito es cuidar de las necesidades espirituales de todos los hombres.
La Cruzada es liderada hoy por el padre Ignacio Peries, cura sanador reconocido en todo el mundo y que en la ciudad de Rosario, da misas multitudinarias en su parroquia Natividad del Señor.
Tras otra prueba de fe, Thiago ahora les dijo adiós a las muletas
Enlace de esta noticia
El domingo participó del encuentro con el padre Darío Betancourt quien le ordenó que caminara por sus propios medios. Nació con un problema motriz y la fe de su familia le ha cambiado la vida.
Del diario Uno de Paraná, martes 5 de julio de 2011.
Gerardo Iglesias / redacción de UNO
giglesias@unoentrerios.com.ar
Thiago salió del templo y tiró las muletas al interior del auto. “Chau, a ustedes no las uso más”. Minutos antes el padre Darío Betancourt, desde el atril de la iglesia de Lucas González le había dicho que largue las muletas, que camine solo. Y él, Thiago, desde sus 8 años miró a su mamá Silvina y después se largó. Las muletas quedaron recostadas contra el banco.
El pibe salió caminando, tembloroso, rumbo al atrio donde estaba ese señor que le había dado la orden. Ocurrió el domingo, el mismo día en que UNO publicó la nota sobre el milagro de Thiago, el gurí de Concepción que nació con problemas motrices que le impidieron caminar en sus primeros años. La suerte y el destino lo llevaron ante el padre Juan Diego primero y al padre Darío Betancourt ahora.
El domingo, para continuar con una curación asombrosa, mamá Silvina marchó una vez más, como tantas, desde La Histórica hasta Lucas González, para seguir con la curación de Thiago. La inmensa movida que se armó desde Concepción para ir al pueblo de Rosario del Tala fue impresionante, con muchas trafics y autos particulares.
Silvina, otra vez con emoción, le relató al cronista lo que pasó “fue impresionante. El padre Darío dio la misa. En un momento empezó a decir “llamen a la familia de la chica que es anoréxica y pregunten qué esta haciendo. ‘Está comiendo’ le dijeron. Llamen a la familia que tiene un familiar internado con mucho dolor. Al ratito le respondieron que se había sentado en su cama aliviado. La pareja de más de 40 años que no puede tener hijos, dentro de 10 meses le traen todos los chicos al padre Juan Diego para que se los bautice. La pareja estaba al lado mío. Se abrazaban y lloraban los dos sin creerlo”.
Cuesta comprender, aceptar semejante relato. Pero este cronista recibió el domingo a la noche tres llamados que confirman el relato de Silvina y le adelantaron lo que estaba por contar la mama de Thiago. El último pedido del padre Darío fue “que se pare ese chico y camine. Y salió caminando rumbo al atrio sin las muletas”, cuenta la mamá tirando por tierra el escepticismo de muchos.
Sin autorizaciónAl regreso a Concepción las muletas fueron atrás, con la confianza y la esperanza de Thiago: “No te uso más a vos”. Y ayer también fue el primer día de escuela sin ellas, más allá de la prohibición de las autoridades a que ande sin ellas dentro del establecimiento. Para esto, Thiago necesitará una autorización médica. Pero eso ya es otra cosa. La autorización para caminar se la dio su propia fe y su propia lucha, emprendida con su madre Silvina desde los primeros años de vida. Aún tiene mucho por recorrer, mucho por recuperar. Lo cierto es que hoy, Thiago camina solo, sin muletas, algo impensado hace menos de un año atrás. Cuestión de fe. Creer o reventar como dice la vulgar y sabia frase. Pero hoy, el andar de Thiago es la prueba fiel de la fe
El Padre Darío Betancur en Lucas González I
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El Padre Darío Betancur en Lucas González II
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5 comentarios:
Lucas Gonzalez el pueblo donde nació el gran futbolista Enrique Guaita campeón mundial con Italia en 1.934.
EXCELENTE LABOR LA DEL PADRE JUAN DIEGO,DIOS TE BENDIGA.... ATT UN FIEL SEGUIDOR COLOMBIANO
Ayer estuvimos en Lucas González, junto al Padre Juan Diego, celebrando una hermosisima Misa de Bendiciones y Festejando sus 15 años de Ordenacion Sacerdotal. Dios siga bendiciendo a este Sacerdote maravilloso!!! Gracias
Ayer estuvimos en Lucas González en une hermosisima Misa de Bendiciones del Padre Juan Diego y celebrando sus 15 años de ordenacion sacerdotal. Dios lo siga bendiciendo siempre. GRACIAS!!!!!
Consulta: por las dudas es pariente directo del tristemente conocido Pablo Emilio Escobar Gaviria?
Saludos y gracias por su respuesta.
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