La Tierra, infinita viajera en el Universo
Darío Sevillano Álvarez
Nuestra Tierra, situada en el brazo de Orión o brazo
del Cisne, de la Vía láctea o Camino de Santiago, es una viajera a través del
tiempo en el Universo y para lograrlo se vale de unos movimientos propios y los
de otros cuerpos celestes, con los cuales se desplaza por el espacio infinito,
sin haber pasado por el mismo lugar un solo día, a través de su larga
existencia.
Así es la Vía Láctea.
Así se ve, la Vía Láctea
en las noches despejadas.
en las noches despejadas.
Este es el brazo visible de la vía láctea o camino de
Santiago, una constelación en la cual están asociadas unas 100 millardos de
estrellas, cuyas dimensiones se estiman en unos 100.000 años luz y su disco
central mide unos 16.000 años luz.
Recordemos que un año luz es el equivalente a:
9’460.730’472.580,8 kilómetros.
Léase: nueve billones, cuatrocientos sesenta mil,
setecientos treinta millones, cuatrocientos setenta y dos mil, quinientos
ochenta con ocho kilómetros.
El movimiento más
conocido de la Tierra es la traslación que efectúa en un año y seis horas
alrededor del Sol, que da origen a nuestro año calendario.
Nuestro dulce hogar, la Tierra, no es un cuerpo inmóvil
en el Universo y tiene cuatro movimientos, que tienen que ver con el astro rey,
el Sol: la rotación sobre su eje, que origina el día y la noche; la traslación
alrededor del sol, que origina el año; la precesión o movimiento circular que
hace el eje, que origina los equinoccios; y la nutación o bucles que forma,
cuando se mece de lado a lado; y un movimiento muy particular que consiste en
que el eje se desplaza hasta nueve metros de su posición normal, al que
llamamos: bamboleo de Chandler.
Vamos con mucho cuidado cada uno de ellos:
La palabra «rotación» en física, significa que las
partículas de un cuerpo describen circunferencias iguales, alrededor de un eje.
Cuando aplicamos este término a los movimientos de la
tierra, decimos que ella gira, alrededor de un supuesto eje y que la vuelta
completa la hace en 23 horas, 56 minutos y 4 segundos; a este movimiento le
llamamos día sidéreo; pero si tomamos como punto de referencia al astro rey, el
mismo meridiano, pasa frente a nuestra estrella cada 24 horas y a esta
situación la llamamos día solar.
Así es la rotación
del planeta.
Los 3 minutos y 56 segundos de diferencia entre el día
sidéreo y el día solar, se deben a que la Tierra ha avanzado en su órbita de
traslación y debe completar, el día solar.
El movimiento de rotación de la Tierra, nos regala unas
consecuencias como los fenómenos del día y la noche; el achatamiento de los
polos y el ensanchamiento del Ecuador, producido por la fuerza centrífuga, es
decir, aquella que quiere sacar del cuerpo terrestre todos los componentes de
ella; la desviación de los vientos y las corrientes marinas, que son los
responsables del clima de la tierra; las diferencias horarias de los distintos
lugares del planeta, recordemos que prácticamente hay en cada día del año, dos
días y dos noches, porque primero amanece en el hemisferio oriental y luego en
el nuestro y la noche se comporta de igual manera; y los puntos cardinales, que
tanto valor tienen para orientarnos.
Achatamiento en los
polos.
Todos estos milagros de vida, los debemos a que la obra
de la Creación, fue fríamente calculada por el Creador, para que todo lo
creado, pudiera cumplir con su misión en medio de la comunidad universal.
Ahora veamos qué significa la palabra «traslación»:
Esto ocurre, cuando un cuerpo gira alrededor de otro y eso es precisamente lo
que pasa con nuestra Tierra, que se traslada alrededor del sol, en una órbita
que recorre en 365 días y seis horas; recordemos que las seis horas que sobran,
las acumulamos y cada cuatro años hacemos un día nuevo, que es el que
caracteriza a los años bisiestos; la palabra bisiesto significa que el número de
días del año, contiene dos veces el seis: En vez de 365 son 366 días.
Vaya lío, con los que nacen en esas fechas, porque solo
se les canta el cumpleaños feliz, cada cuatro años.
El recorrido de la Tierra en su movimiento de
traslación es de 930 millones de kilómetros; la distancia de la Tierra al Sol
son 150 millones de kilómetros; la velocidad de ese viaje es de 29 kilómetros y
medio por segundo; en una hora recorre 106.000 kilómetros y en día recorre
2’544.000 kilómetros.
Así nos trasladamos
alrededor del Sol.
Vale la pena recordar que el año solar, no empieza el
primer día de enero, sino el 21 de marzo, cuando celebramos el equinoccio de
primavera; de paso recordemos que el día 21 de junio es el solsticio de verano;
el día 22 de septiembre celebramos el equinoccio de otoño y el día 21 de diciembre
es el solsticio de invierno.
Estas cuatro posiciones de nuestro planeta, respecto al
sol y con la ayuda de la inclinación del eje terrestre, son las que nos dan la
oportunidad de tener las cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e
invierno.
¿Pero qué significan las palabras «equinoccio» y «solsticio»?
La palabra «equinoccio», para este caso significa que el
día y la noche son de la misma cantidad de horas (12 horas).
Seguramente todos habrán notado, como hay unos momentos
del año en que los días empiezan desde la cinco y media de la mañana y se
acaban a las seis y media de la tarde; pero en otros tiempos del año, solo
amanece a las seis de la mañana y atardece a las seis de la tarde. Esta es la
diferencia entre los equinoccios y los solsticios.
La palabra «solsticio» traduce literalmente que el sol
está parado, es decir que el día se demora catorce horas y la noche solo tiene
diez.
En este gráfico podemos aprender algo muy importante: Mientras
en el equinoccio de marzo, el hemisferio norte de la tierra está en primavera;
el hemisferio sur estará en otoño y así pasa con los equinoccios y solsticios:
Los hemisferios están en estaciones opuestas.
Pero se presenta otro problema, que los ciudadanos
comunes y corrientes, no manejan muy bien: El movimiento orbital de la tierra
alrededor del sol, no es una órbita cerrada, porque eso indicaría que los
astros estarían quietos en sus lugares de origen; la órbita que describen los
astros es una órbita en espiral, es decir parecida a un resorte y podríamos
decir:
—¿De dónde diablos aparece esta modalidad de
movimiento?
Si recordamos a Isaac Newton, cuando habló de las
atracciones que ejercen los cuerpos con masa, tenemos que entender que todos
los cuerpos celestes giran unos, alrededor de otros y por esta razón, las
órbitas que describen, no pueden ser cerradas, sino en forma de espiral.
En esta forma se
desplazan todos los cuerpos celestes y por esa razón podemos decir que el
universo se parece a los engranajes de un reloj, porque cada rueda gira
alrededor de otra.
Pero eso de que los giros sean en órbitas y no redondos
como lo vemos a diario, se debe a que las dos grandes fuerzas del universo: la
inercia y la gravedad actúan en forma combinada así:
La inercia les conserva a los astros su trayectoria
rectilínea, pero la gravitación los obliga a marchar alrededor de otro cuerpo
con más masa. Por esta razón los cuerpos ni caminan en forma recta, ni caminan
en forma circular, porque tienen que obedecer a estas dos leyes, que son las
rigen los parámetros del Universo, que los obliga a describir una órbita en
forma de huevo.
Es bueno que tengamos en cuenta que todos los cuerpos
celestes, están constituidos por rocas, polvo y a veces hielo y que cada uno de
ellos tiene un aro magnético bien definido, con sus respectivos polos norte y
sur, como cualquier imán; este aro magnético, es el responsable de la atracción
universal o gravitación que descubrió Newton, que es la responsable del
movimiento continuo del Universo.
El movimiento de traslación nos regala las siguientes
bondades:
La inclinación del eje, que la responsable del prodigio
de las estaciones; la alternación de las estaciones, en los hemisferios norte y
sur; según la posición de la tierra en su órbita, respecto al sol, los días son
más cortos en los equinoccios y más largos en los solsticios; y las zonas
térmicas o climáticas, que son las responsables de la variedad de seres vivos a
nivel de los reinos de la naturaleza.
La palabra «precesión» significa ‘giro lento de la rotación
de un eje, alrededor de una línea que lo corta y que describe una
circunferencia completa, como lo hace un trompo de madera’.
En el caso de los movimientos terrestres, el eje de
nuestro planeta, describe una circunferencia completa, cada cierto número de
años; estos ciclos no son exactos y los científicos los calculan, entre 25.700
y 25.900 años; debemos recordar que esta inclinación de nuestro eje, es la que
nos regala la oportunidad de los equinoccios y por ende de las cuatro
estaciones.
Este gráfico nos muestra cómo se ha desarrollado el
último ciclo de precesión, en él nuestro eje en color oscuro, es la actual
posición, alineada con la estrella Polaris y el eje de color rojo desteñido nos
muestra una antigua posición 14.000 años atrás, alineada con la estrella Vega
de la constelación Lira; la línea roja más viva, nos muestra una posición,
3.000 años antes de Jesucristo, en donde está alineada con la estrella Thuban.
Para descubrir este movimiento, los científicos han
tenido que ser buenos observadores del cielo, con telescopios gigantes y con
mucha sabiduría acumulada en sus cerebros, porque es un movimiento, casi
imperceptible.
Recordemos en este momento que la inclinación de eje
terrestre ha sido causada por el sistema Tierra-Luna-Sol y por los movimientos
telúricos; es bueno traer a la memoria que el temblor de tierra que se produjo
en Chile en el año 2010 en un porcentaje muy elevado en la escala de Richter:
8.8 de magnitud, movió nuestro eje en 8 centímetros y el maremoto con tsunami,
que azotó el sudeste Asiático, lo movió 17,8 centímetros.
Así se movió el eje
con el maremoto de Chile.
Al tiempo de duración del movimiento de precesión le
conocemos con el nombre científico de año platónico.
La palabra «nutación» traducida al buen antioqueño, significa ‘pequeña
oscilación’, si recordemos el movimiento de un trompo, sobre su herrón o eje,
observamos que el trompo se mece suavemente de un lado para otro y eso es lo
que hace nuestro planeta en el movimiento de precesión, en la medida en que
rota sobre sí mismo, oscila de un lado para otro y ese movimiento, describe
unos bucles especiales, como lo muestro en el gráfico y a esas oscilaciones les
decimos nutación.
En el gráfico se observan muy bien, tres de
los movimientos del planeta.
En
términos más entendibles, la nutación es el cambio de posición del polo norte,
que lo hace con cierta periodicidad, debido a las fuerzas de atracción
Tierra-Sol-Luna.
Cada 18 años con seis meses, la tierra se desplaza unos
nueve segundos de arco, por esta razón, en una vuelta completa de precesión, la
tierra describe 1.385 bucles u oscilaciones (nutaciones).
Por último veamos en qué consiste el bamboleo de
Chandler, que no es otra cosa que el cambio de posición que hace la ubicación
del polo norte y que añade 0,7 segundos de arco en 433 días.
Las causas que lo producen, todavía no están bien definidas,
pero se cree que influyen las fuerzas de la geodinámica interna, ciertas
situaciones climáticas y la salinidad de los mares.
En el gráfico se
observan las fuerzas de geodinámica interna que lo pueden producir.
Fuera de estos cinco movimientos bien definidos, hay
otros dos, que casi no conocen los estudiantes: las variaciones del plano
elíptico, es decir, las distintas posiciones del sol, respecto a la órbita de
traslación de la tierra, que son las que permiten que los rayos del astro rey,
cumplan con todas sus funciones en el planeta, para poder garantizar el milagro
de la vida.
Y las variaciones en el cambio de excentricidad, que
son los que definen cómo va a ser la calidad de los rayos solares en el
perihelio y en el afelio, es decir, la cercanía o el alejamiento del planeta,
respecto a la posición solar. Veamos estos con algunos gráficos:
Pero fuera de estos movimientos propios de nuestra Tierra,
ella debe cumplir obligatoriamente con otros movimientos, del Universo, por el
hecho de desplazarse en el sistema solar y en la vía láctea.
Hay un tema que no puedo dejar de tratar en este
artículo, porque tiene que ver con funciones del planeta:
Recordemos que nuestro dulce hogar, en períodos muy
largos de años, ha cambiado varias veces de polaridad, es decir el polo norte
se convierte en sur y viceversa y ese fenómeno es muy delicado, para garantizar
la supervivencia de todos los seres vivos que estamos en el planeta.
Miremos en primer lugar, como se produce el campo
magnético de la tierra: en el interior del planeta, hay dos núcleos de hiero,
uno fundido y el otro sólido, que giran a diferentes velocidades y esta acción
es como una dínamo electromagnética que es la responsable del flujo de fuerzas
magnéticas que entra y sale por los polos. También le conocemos como anillo
magnético protector del planeta.
Pero esta máquina, cada 26.000 años invierte su
funcionamiento y hace cambiar la polaridad terrestre.
Grafico de las
distintas capas del interior del planeta, en la parte superior se observa el
lugar por donde fluyen las líneas electromagnéticas.
Gráfico del campo
magnético de la Tierra.
Muchos científicos argumentan que ya se cumplió el
ciclo para que se dé, el cambio de polaridad, esto debe preocuparnos, porque
ninguna forma de vida, estaría tranquila en el planeta.
Así funciona
nuestra dínamo electromagnética.
Hay algo fascinante para los amantes de la astrología y
es que en su traslación, la tierra, pasa por distintos lugares del Universo y
cada mes se encuentra con una constelación alineada con ella y eso es lo que genera
las predicciones del gran Zodíaco.
Recordemos que hay una gran diferencia entra las predicciones
del Zodíaco y las del horóscopo, porque esta palabra, viene de dos vocablos
griegos «Horus» y «copey», que traducen ‘hora de nacimiento’.
Hay que tener en cuenta, que las constelaciones que se
alinean, con la tierra, son trece y no doce, porque algunos olvidaron la de
Ofiuco, que vemos entre el 30 de Noviembre y el 18 de Diciembre, por aquello de
que los años antiguamente tenían trece meses de igual número de días.
Sopetrán, 2 de Marzo del 2013.
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