Lunes Santo
Darío Sevillano Álvarez
Sinite pueros venire ad me et nolite eos vetare;
talium est enim regnum Dei.
(Lc 18-16)
Dejad que los niños vengan a mí y no se lo prohibáis;
de ellos es el Reino de Dios
talium est enim regnum Dei.
(Lc 18-16)
Dejad que los niños vengan a mí y no se lo prohibáis;
de ellos es el Reino de Dios
La procesión penitencial del Lunes Santo se desenvolvió
así:
Estas jovencitas son las pregoneras de las estaciones y, por esa razón, cada una de ellas lleva un cartel montado en una cruz latina, para anunciarla.
El paso principal de hoy, es la famosa frase evangélica:
«Dejad a los niños que vengan a Mí».
«Dejad a los niños que vengan a Mí».
Hacemos la primera estación.
La procesión inicia su desarrollo.
No faltó el intruso que arruinara nuestra manifestación de fe, a pesar de que había unos veinte jóvenes uniformados, dos agentes de tránsito y tres agentes de la Policía Nacional imponiendo el orden.
En cada estación había un arreglo especial.
Esta nueva imagen de Nuestra Señora, a la cual se le perdió la diadema, en la llevada al lugar de donde salíamos, estaba mal ubicada y no dejaba tomar los planos profundos de la hermosa procesión, cuando lo insinuamos, la ubicaron en una mejor posición; al llegar al templo apareció su diadema.
Observen la sobriedad de este arreglo.
La procesión se desplaza por calles muy estrechas, con el fin de que todos los moradores de la ciudad, pueden disfrutar, al menos de una de las procesiones.
Estamos en la carrera Bolívar.
Casi en el ocaso, entramos a la plaza.
Así pasan las imágenes por la lente de nuestra cámara.
Los Sacerdotes y paso mayor pasan cerca de nosotros.
El Templo nos recibe así.
Entran las imágenes.
El Templo está lleno de feligreses.
Sopetrán, 25 marzo del 2013.
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