Tomado
de El Colombiano (15-22-237).
Daniel
Cardona Henao.
Mientras en el Atanasio aumentaba la ansiedad cuando el árbitro decretaba los penaltis,Teresa Rodríguez Arboleda sufría un ataque de gastritis.
Las
hermanas del convento donde vive en Cali se reunieron para acompañarla a ver la
final de su Verde —ese que siempre lleva en su corazón, en sus rezos y en su cuarto
de habitación— ante Junior.
Fue
una celebración de abrazos con sus compañeras, que no son amantes del fútbol,
pero les gusta ver feliz a sor Teresa. Así lo hicieron tras la obtención de la
estrella 15.
«Yo
tengo una llavecita con el escudo de Nacional, la pongo al lado del altar de mi
pieza; con ella cierro el arco de Nacional y abro el del otro equipo», relata
esta religiosa, de más de 80 años, nacida en Sopetrán (el resaltado es del blog Los Gavirias de Sopetrán).
Desde
joven se fue a ejercer como monja a Cali, pero eso no le ha impedido jamás
perder el amor por su equipo. «Siempre colecciono todos los afiches de los
equipos campeones», apunta.
Adornó
su altar con un muñeco de madera, un vaso, una lámina de vidrio y, como no
podía faltar, un rosario. Todo posa allí con su identificación de Atlético
Nacional al frente de una Virgen María rodeada por flores.
Pero
este no es su único equipamiento con insignias del Verde paisa. Toallas,
camisetas, fundas, sábanas, tendidos y lapiceros completan la colección.
Sin
embargo, su pasión no solo se cristaliza en lo material. «Todas mis oraciones
tienen incluido a Nacional, antes de esta final oré mucho para que pudiera ser campeón», confiesa.
De
todas maneras, sabe que su vocación va primero y privilegia el servicio a la
comunidad sobre los partidos del vigente campeón.
«Trato
de verme los partidos, pero muchas veces mis obligaciones me impiden hacerlo.
Igual, siempre veo deportes para saber todo lo que pasa con mi equipo».
Ella
opina que Nacional, hoy por hoy, es el club más grande de Colombia. «¿Qué
equipo gana tres títulos seguidos?, venimos celebrando mucho últimamente». Y
saca pecho cuando habla de los quince títulos.
Nunca
ha ido al estadio por el miedo que le produce la inseguridad reciente en el
fútbol.
También
hay otro motivo de peso: «si en el convento sufro, no me quiero imaginar allá.
Además, el doctor me dijo que tengo que dejar de ver tanto a Nacional porque me
afecta la salud».
Viene
de recuperarse de una cirugía de garganta y sufre de un problema en sus
pulmones, pero es difícil que deje de estar pendiente de su equipo.
Esta mujer, que afirma que
bendijo a Franco Armani con su llave, seguirá rezando por una ayuda divina para
su equipo del alma.Daniel Cardona Henao.
Comunicador social-periodista en formación. Loco por el fútboñ y delirante por el tenis. Iniestista y federersista.
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