El viernes de la pequeña semana santa
Darío Sevillano Álvarez
Iniciamos la procesión penitencial
en la bomba Terpel y el altar,
para celebrarla, fue elaborado por la familia
Londoño Jiménez.
El padre Henry presidió
la función litúrgica.
Qué falta nos hizo el
coro parroquial
para haber cantado los textos de las estaciones.
para haber cantado los textos de las estaciones.
Nuestro Cristo con la cruz a cuestas es una joya
de arte tallada en madera maciza en el taller de los Osorios de Envigado. Su
rostro muestra el dolor, la deshidratación y el cansancio; sus vestidos
conservan toda la textura de una buena obra de arte y fue donado por una
familia creyente de la vieja guardia.
En este acercamiento lo
pueden observar mejor.
Estos niños llevan el
pequeño Señor Caído.
Esta es la pequeña
Magdalena.
San Pedro se distingue
por su larga barba
y su pelo canoso.
y su pelo canoso.
La tarde se despide con
este hermoso arrebol.
También este pequeño
Jesús lleva su cruz a cuestas.
Este es el Santo Ecce
Homo que Pilato0 le presentó a la
multitud enfurecida, después de haberlo flagelado
y coronado de espinas.
La frase «Ecce homo»,
traduce ‘He aquí al hombre'.
Esta es nuestra pequeña
Dolorosa.
San Juan fue un apóstol
especial, recordemos que Jesucristo, cuando estaba colgado en la cruz, «viendo
a su Madre y al discípulo a quien amaba, que allí estaba, dijo a la Madre: Mujer,
he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella
hora el discípulo la recibió en su casa». (Jn 19, 26-27).
Y cuentan algunos
autores que San Juan estuvo a su lado hasta la hora de su muerte, cuando fue
llevada al cielo, por los ángeles.
Este es nuestro pequeño
Nazareno.
La procesión sube por la
calle Uribe Uribe.
Entramos a la plaza en
medio de una grata devoción
que contagia a todos los que la observan.
que contagia a todos los que la observan.
de nuestro municipio.
Así llegamos al templo
parroquial.
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