Los Gavirias de Sopetrán

viernes, 16 de diciembre de 2011

Relatos interesantes que tienen que ver con la Navidad

Darío Sevillano Álvarez.

Gobierno en Línea y el blog Los Gavirias de Sopetrán publicaremos cada día de la Novena a la Natividad del Señor, unas leyendas interesantes sobre los tiempos de Jesucristo y estamos seguros de que serán del agrado de todos nuestros visitantes.

Estos relatos están en el libro que escribió un egiptólogo, en la década del cincuenta del siglo pasado, cito su nombre y el título de la obra:

Las crónicas son de Rafael Ben Hered, un coetáneo de Jesucristo; el libro se llama: La leyenda Mariana y el autor es: Míster Myles Connolly. Este libro fue publicado el 31 de diciembre de 1951, en los talleres gráficos de Pedro Goyena en Buenos aires Argentina.

Complementaremos estas leyendas con algunos artículos de libro de la Navidad, publicado por EDUCAR, cultura representativa.

¡La luz del cielo baja

El Cristo nació ya,

Y en un nido de paja

Cual pajarito está!

Amado Nervo.

Buscamos darle un toque mágico a nuestros sentimientos, que desborde la alegría de la Navidad, para que la dulzura de estos días, inunde nuestros corazones de paz y de amor; haga más placentero el tiempo que estamos con nuestras familias y nos deleitemos con las fascinantes historias que rodearon la venida del Mesías, para que al son de los villancicos purifiquemos nuestros espíritus y podamos llegar tranquilos al año nuevo.

Ésta es una celebración que despierta en cada uno de nosotros, el niño que llevamos dentro. Y no es para menos, pues es la conmemoración del nacimiento del más inocente y excelso niño: Jesús, quien siendo Dios, se hizo hombre para enseñarnos y darnos ejemplo de lo más importante: Amar y ser amados.

Día primero

El Hombre, ser sociable por naturaleza, ha mostrado desde su aparición en la tierra, la necesidad de sentirse acompañado y por esa razón ha diseñado los seres espirituales y los festivales comunitarios, con el fin de mostrar su más pura esencia.

Por estas razones, desde mucho antes del nacimiento de Cristo, las culturas importantes como: Babilonia, Egipto y muchas otras, realizaban fiestas especiales para celebrar el solsticio de invierno o día más corto de la estación y del año, y en estas celebraciones, incluían adornos en sus viviendas, gran cantidad de vino, comidas especiales y regalos costosos, para que sus amigos y familiares estuvieran íntimamente unidos en esa gran festividad.

Posteriormente, se unió a esa celebración, una costumbre Persa, en la que adoraban a su dios Mitra, que era el numen del sol, el día 25 de diciembre.

Con la llegada del cristianismo, nombre con que se conoció la Iglesia Católica en sus principios, se fue asociando a estas festividades, el nacimiento de Cristo, que para ellos significaba: el Sol de Justicia y la Luz del Mundo, esta fecha fue trasladada por la Iglesia Católica al día 25 de Diciembre en el año 326, por el papa Julo I, pero solo se oficializó en el año 354. Por el papa Liberio, más tarde con la evangelización de América, los curas doctrineros que encontraron una inmensa gama de celebraciones en el mes de diciembre, incorporaron la celebración del nacimiento del Niño Jesús en nuestras costumbres religiosas.

La primera navidad que celebró la Iglesia Católica, fue en el año 125, ordenada por el papa Telésforo, que gobernó la Iglesia, entre el 125 y el 136.

Es bueno recordar que Jesucristo, no nació en diciembre y que según, datos más o menos fidedignos, su nacimiento pudo haber sido en el mes de mayo.

La leyenda del día es el decreto providencial, del César llamado Tiberio, que no fue un santo de nicho, por sus grandes desaciertos políticos y morales, pero que en cierta forma causó la salida de José y María de la ciudad de Nazaret, hacia Belén.

Catedral de la anunciación en Nazaret.

Panorámica de Belén.

Estos capítulos del papiro de Rafael Ben Hered, encontrados en una cueva de Israel, llamados repórter de los tiempos de Jesucristo dicen:

La vida de Myrian, recordemos que este es el verdadero nombre de Nuestra Señora la Virgen María, transcurría con mucha normalidad en la ciudad de Nazaret, ella atendía con mucho esmero a José, su esposo y tenía una empleada doméstica, que se llamaba Sara, que la ayudaba a hacer las labores hogareñas, porque su embarazo, la molestaba un poco.

La Virgen realizaba las tareas del hogar y como todas las mujeres de su época, debía ir a las fuentes de agua en busca del precioso líquido.

Por estos días apareció Agabo, un amigo de la familia, que trajo la noticia de que había nacido el hijo de Zacarías e Isabel y que le habían puesto por nombre Juan.

De repente aparece un pique de soldados romanos que se sitúan en el lugar más importante de la pequeña ciudad y hacen sonar sus trompetas, para que los moradores del caserío se congreguen ante ellos.

Cuando estuvieron reunidos, los soldados anuncian que por orden del Cesar de Roma y de Cirino el gobernador de Siria, todos los ciudadanos deben ser empadronados, es decir, censados, en sus ciudades de origen y deberán pagar un tributo al Cesar y anuncian que quien no lo haga, será sancionado rigorosamente.

Estatua de Tiberio en Capri.

José va a su casa y muy confundido le dice a Myrian, que debe viajar a Belén, esta le muestra la profecía que dice que el mesías nacerá en esa ciudad.

Myrian dice: «Yo te acompañaré a Belén».

Algunos autores modernos dicen que la ciudad de Nazaret, no existía en esos tiempos; pero este papiro está escrito en el siglo primero por un autor presencial. Por estas razones, algunos sucesos históricos se pueden poner en duda y los historiadores, nada podemos hacer.

Es bueno anunciarles que cada día de la novena, vamos a mostrar un pesebre de nuestro pueblo, el de hoy, es este: