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lunes, 18 de junio de 2012


Las veredas de mi pueblo
Darío Sevillano Álvarez



Cuarto fascículo
La Guamala

Milenario árbol de mamoncillo, que protege el sector del parqueadero de la urbanización Terrazas del Sol, uno de los lugares más agradables de nuestro pueblo.

Uno de los suburbios de Sopetrán, tal vez el más cercano a la ciudad, es La Guamala; su nombre nació de los guamos, que en otras épocas, abundaban en todas las huertas caseras del sector.

Algunos sostenían que el nombre era «Aguamala», por un nacimiento de aguas que hubo, en una de las huertas, que cuando eran consumidas por los humanos, producían cólicos.

Uno de los bloques de apartamentos
de Terrazas del Sol.

Pequeño parque de juegos infantiles,
para las familias que han adquirido sus viviendas.

Recordemos que los guamos que había en el sector, no eran aquellos que sirven de sombra, en los cafetales, sino los famosos guamos churimbos, como les decimos en nuestro medio y que son vainas más pequeñas que sus congéneres  del clima templado.

Piscina para los niños, nótese su poca profundidad,
para que no represente peligro.

La antigua Guamala, era un barrio de familias, pobres, honradas y dedicadas a las labores agropecuarias, pero en la actualidad el suburbio viene progresando y encontramos verdaderas mansiones, como las de Terrazas del Sol y otras villas de descanso.

En el suburbio están ubicados la ciudadela Estudiantil; la ciudadela Olímpica: el vivero Andrés Posada Arango, institución de mucho prestigio que ocupa el primer lugar en Iberoamérica de cultivos de mango, con 38 especies, que son más o menos las que se conocen en el planeta.

Como sorpresa muy especial, me encontré con una fundación para el desarrollo precoz de la primera infancia, muy bien dotada y patrocinada por centros educativos con mucho prestigio.

La zona de piscinas, está debidamente protegida, por rejas metálicas y con puertas de seguridad para que las personas no corran el riesgo de un accidente.

Nos acercamos a la zona húmeda del complejo Terrazas del Sol, que es un verdadero espectáculo, por la cantidad de piscinas y por la calidad humana con que fueron diseñadas, para que los habitantes del complejo, tengan todas las comodidades que la tecnología actual ofrece.

Bordeando las rejas de esta unidad, encontramos unas eras, muy bien cultivadas de isoras y caladios, que le dan el aspecto de jardines colgantes, similares a los que había en Babilonia.

Este es uno de los caladios que bordean la zona. Recuerden que a estas plantas en el lenguaje común, les decimos matas de corazón, por el parecido de sus hojas a ese órgano de los animales.

Es bueno contarles que las maravillas que estamos viendo se encuentran a tres cuadras de la plaza Simón Bolívar de la ciudad y, en realidad, es una región campestre, con todas las de la ley.

También es importante hablar de la situación del complejo, respecto a la vía principal, que de Medellín conduce a Sopetrán, pues la arteria pasa a media cuadra de las construcciones y esa media cuadra, está debidamente pavimentada.

Creo que el nombre de «Terrazas del Sol», fue muy bien diseñado, porque nuestro clima es tropicalísimo y los apartamentos, tienen miradores que dejan ver las maravillas del complejo.

Posa para nuestra cámara Gilma Elena Sevillano Carrasquilla, mi hija, que es la secretaria del complejo y que nos abrió con todo el cariño las puertas, para que conociéramos todos sus encantos.

Observen la majestuosidad de este bloque de apartamentos. La construcción no tiene nada que envidiarle a las de su género.

Esta es una de las piscinas de la zona húmeda. Observen la presentación impecable del lugar, a pesar de que es un día de semana, en que las personas, dueñas de los apartamentos, están en otros lugares.

Estos apartamentos están ubicados frente a la zona de piscinas. Cada uno de ellos, tiene en su parte delantera una zona verde y el lugar para estar con sus moradores en los ratos de descanso.

En estas dos fotografías, hay que decir como los noticieros Europeos:
«Sin comentarios» (son espectaculares).
 

Esto es lo que se llama «un paraíso escondido».
 

Observen los matices del agua
que se ve muy bien tratada.
 

En estas dos fotografías, se pudiera
aplicar la frase del bolero
Vereda tropical.
 

Nos pudiéramos quedar todo el día hablando de las maravillas de este complejo, diseñado bajo la dirección del arquitecto Gustavo Gallego que, por lo que muestra, sus conocimientos son muy amplios en la industria de la construcción.

Disfruten de las maravillas de este lugar con todos sus encantos de vereda tropical, situada a 38 kilómetros de la ciudad de Medellín, se le pudiera llamar «una vereda dormitorio de la capital del departamento».

Al fondo de la piscina, se encuentra un agradable lugar, totalmente sombreado por el piso de madera de una piscina que hay en la parte alta.

Observen las rejas que protegen
la zona de piscinas.

Dos aspectos de la piscina
de la parte superior.
 

Detalle muy llamativo de la zona de piscinas.

Así se ven los apartamentos
desde la piscina del piso superior.

La secretaria, posa en las escalas
para llegar a la piscina del piso alto.

Este es el parqueadero, las partes cubiertas por la tela verde son los apartamentos de la etapa en construcción.

Así se ve el edificio de Terrazas del Sol
desde la vía pública.

Esta es la señora Beatriz Pérez de Tobón,
la jefe de ventas.

Dos aspectos de la sala de ventas.
 

Algunos planos del complejo.
 
 

Esta fotografía, cortesía de la empresa, les da una idea clara
de las maravillas de Terrazas del Sol.

La vereda La Guamala empieza en la esquina
de la estación de servicio Terpel.

En este lugar empieza el suburbio La Guamala.

Dos aspectos de la urbanización Villa Morena, con casas de interés social, que fue dedicada a Nuestra Señora de Sopetrán.
 

Uno de los tres callejones de
Villa Morena.

Observen el esplendor de
los antejardines.

Todas las construcciones están rodeadas
de naturaleza viva.

Este es el pequeño santuario dedicado a
Nuestra Señora de Sopetrán.

En este callejón, apenas se están
definiendo los antejardines.

Este es el edificio del mercado, construido con todas las de la ley, ubicado a tres cuadras de la plaza Simón Bolívar, aún no ha sido ocupado.

En esta calle, que es la prolongación del callejón de la Quebradita o cañada El Limonar, empiezan a surgir, las construcciones.

Así están adornados los andenes.

Estos son dos enfoques de la nueva carrera.
 

Esta es la vía principal de La Guamala.
 

Así se ven los edificios a los lados de la vía.
 

Por este callejón llegamos a la ciudadela Estudiantil, a la Fundación para el Desarrollo del niño precoz y a la Unidad Deportiva.

Bajo la sombra protectora de este mango parquean sus motos los alumnos de la Normal Santa Teresita.

Este es uno de los juegos para los alumnos
de los grados inferiores.

Así son los edificios de la Ciudadela Estudiantil.
 
 

Este es el restaurante de la ciudadela.

Contiguo a ella, están el Coliseo Cubierto, la cancha de futbol.
La cancha de voleibol y los juegos infantiles.

Estos cedros de la vieja data nos
regalan sus sombras protectoras.

Esta es la cancha de futbol.

Otros cedros termorreguladores.

El pequeño edificio del fondo, es la Fundación para los Pequeños Infantes.
En la parte delantera, están los juegos mecanizados.

La majestuosidad de estos cedros es impresionante.

Así se ve la ciudadela por su parte trasera.

En la fundación me encontré con esta gratísima sorpresa:
el tronco de un viejo árbol de mango.

Los niños están en un período de descanso.

Estos reciben un baño de sol.

Estas dos fotografías muestran
la dimensión del espectáculo.
 

Les reparten la mediamañana.

La caballería infantil está lista para la competencia.

Así es el interior del edificio.
 

Los medios audiovisuales son de
tecnología avanzada.
 

Este el pequeñoteatro de títeres.

Observen los hongos que nacieron
a la vera del tronco del mango.

Llegamos al vivero.

La naturaleza se muestra con todo su esplendor.
 

Este paraíso ecológico limita en su extensión oriental
con el paraíso turístico de Terrazas del Sol.
 

Este coral nos regala sus
hermosos racimos de flores.

Los crotos son una de las maravillas del clima tropical,
pero también se adaptan a otros pisos térmicos.
 
 

Este hermoso musaendro blanco se llenó de flores.

En la vía principal nacen los clavellinos,
que son el símbolo de la raza Antioqueña.

Así son las viviendas de las
gentes humildes del suburbio.
 

Estos pinos velas están sintiendo
los rigores del verano.

Estas son las últimas viviendas del suburbio.
 

En los jardines interiores se cultivan las orquídeas
y los anturios con todo el cariño.
 
 

Este es un pino, al que se le decoloran los terminales de las puntas y lo conocemos con el nombre de pino de navidad.
 

A estas plantas no les ha faltado el precioso líquido
y por esa razón están frondosas.

Los despido con esta preciosa flor
de una de las orquídeas.



Sopetrán, junio 13 del 2012.

*

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