De Rosalba Villa
Estimado Gabriel:
Se me ocurre, que sería bueno ver una foto tuya, me agradó muchísimo ver la foto de Cecilia Contreras. Muchas gracias, Cecilia. En cuanto a mi historia del incendio del almacén de Cepillo, es el recuerdo más impactante de mi pueblo ya que somos una familia bastante intensa.
Vivíamos entonces frente al Hospital San Juan de Dios y desde la puerta de casa veíamos las llamas y mi madre decía que con la pólvora se iba a quemar todo el pueblo. Mi papá nos dejo en la casa porque dijo que se quemaba la casa de don Pedro Vieira y que el tenía que ir a sacarlo, también a doña Tina Gaviria, la esposa de don Pedro. Mi papá los estimaba mucho. Yo tendría como siete años y me escapé a la plaza donde vi a mi papá con una hacha rompiendo techos y la gente del pueblo venia con sus ollas llenas de agua para tratar de apagar el incendio. Este recuerdo que es parte de la historia de Sopetrán trae otro recuerdo pues me fui a observar el incendio desde el almacén de Carlitos Vieira, era muy buen amigo de nuestra familia, a mi me llamaba princesita y me decía: Tú puedes ir a mi almacén y comprar todo lo que quieras”. Creo que llegué yo primero a su almacén que él y pedí tres yardas de un genero amarillo y tres de uno morado; Cuando llegué a casa con mi paquete, mi mamá dijo: –¡Que alcahueta que es Carlitos!
Y agregó:
—Ojalá algún día este pueblo se enterara de la grandeza de este hombre pues él mantiene a muchas familias pobres de Sopetrán es demasiado generoso. yo quiero rendir homenaje en este blog a Carlos vieira.
Gabriel gracias por la canción Las acacias, creo que éstas fueron mis canciones infantiles pues todas me las sé; Mercedes Carrasquilla, hermana de Ramón, era muy amiga de mi abuela paterna y amiga de mi mama. Cuando mi papá se iba de viaje, ella se quedaba con nosotros para acompañarnos, era ella quien conocía la historia de los Villas de mi abuela, pero mama no recuerda mucho tiene 85 años. he preguntado por los nombres que me mandaste y ninguno concuerda gracias por tu esfuerzo y estaré esperando ansiosa las fotos de la casa que recuerdo con más cariño.
Vamos por partes:
Te voy a dar Gusto, Rosalba, en mis fotos, pero de a una para no cansar a los paisanos y pongo hoy esta foto mía de 1947.
Es obvio que yo tengo un año más que esa foto pues en ella estoy dando mis primeros pasos. Ahí perdonan el deterioro, pero los años no pasan solos, tampoco para las fotos. En esa casa nací, la tercera de la esquina para abajo al frente de la Luciano Carvahlo. En un tiempo quedó allí una carpintería de un señor de apellido Madrid, si mal no estoy. Los que conocieron la casa se podrán dar cuenta de que voy para la calle. Se me atravesó el fotógrafo que era mi abuelo materno Jesús Gaviria. Contaba mi mamá que cuando yo desaparecía de la casa, ella pasaba al frente y me encontraba en la escuela. ¡Tan estudioso el cachifo!. El que está saliendo de una habitación es Luis Gonzalo, mi hermano, dos años mayor.
De Carlitos –has añadido otro nombre a la lista– tienes mucha razón. Yo lo recuerdo siempre sonriente. La sonrisa de la tranquilidad de conciencia. Qué bueno que alguien nos contará más de él.
No voy a cerrar esta entrada sin agregar tres nombres más de un mismo apellido: Hugo Trespalacios, músico y poeta; Otto Trespalacios, hombre de radio, y Jaime Trespalacios, humorista.
Al único que conocí fue a Jaime, porque era amigo de mis padres. Humorista del corte de Guillermo Zuluaga, Montecristo; Aníbal Calderón, don Justiniano, y Alberto González, Españita, entre otros. La última vez que lo vi fue en 1991 durante la filmación de una escena de la telenovela La casa de las dos palmas en la vereda El Espinal de Santa Fe de Antioquia.
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