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jueves, 2 de septiembre de 2010

Antioqueñidad
Oh libertad que perfumas las montañas de mi tierra
deja que aspiran mis hijos tus olorosas esencias







Ésta es la celebración de la Antioqueñidad en el municipio de Sopetrán
Darío Sevillano Álvarez

A pesar de lo abrupto del medio, el 28 de Agosto pudimos celebrar la Antioqueñidad.
El Palacio de gobierno amaneció decorado así.

Desde muy temprano, los fogones ardían y la fiesta se calentaba.

La chirimía de los niños, se puso de ruana la fiesta.

La carne de cerdo, se apoderó de los espacios.

Como dice en la canción La guagua: Huele a sancocho caliente.

El director de la casa de la cultura, exhibe las viandas que comeremos.

El señor alcalde, doctor John Wílmar Villa Guerra, revisa los chicharrones, el olor es espectacular.

También el presidente del Concejo, el señor John Jairo Osorio, les da el visto bueno.

La Señora Gloria Parra, prepara algunas de las comidas.

Doña Piedad, una de las empleadas del Municipio, revisa las ensaladas.

La gerente de los Servicios Públicos del Municipio también participa en la elaboración de las viandas.

¿Y qué decir de la elegancia, con que la secretaria de la Inspección está vestida?

Miren como lucen, las señoras de la edad dorada, parecen quinceañeras y las vemos en todos los eventos, llenas de juventud, vigor y buena voluntad.

Nuestros niños, apoderados de los instrumentos, hacen las delicias del público.

Esta es la bibliotecaria, por su presentación, podríamos decir que pertenece al Ballet Folclórico de Antioquia.

Peter, uno de los buenos sazonadores del Municipio, revisa los frisoles y les da los últimos toquecitos.

Doña Lucy, una de las buenas empleadas del Hospital, degusta un delicioso plato, mientras dialoga con una humilde ancianita.

Todos los miembros de la Administración disfrutamos de un gustoso plato antioqueño.

La secretaria de Gobierno, doctora Érica María Londoño, acompañada de otra de las secretarias, disfruta del suculento plato.

Uno de los detalles más hermosos fue el espíritu de compartir con los más pobres y la fila de ellos fue innumerable.

Nuestras quinceañeras no están a dieta, ya van a disfrutar, detodo lo que hicieron.

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