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martes, 10 de agosto de 2010

Historias
Nuestra Señora de Sopetrán

Darío Sevillano Álvarez

Documento histórico, para el cuarto día de la novena

Parecido a este edificio fue el monasterio de Sopetrán, en la Villa de Hita de España, pero las continuas guerras acabaron con él y solo quedan las ruinas, que mostré el primer día de la novena.

¿CUÁL FUE EL MEJOR MOMENTO DEL MONASTERIO?
Como vemos, el Monasterio fue sometido a múltiples reformas, pero sus protectores, siempre lograron sacarlo adelante, a pesar de que su destino final sería trágico, pues lo desaparecieron del mapa de España.
Recordemos cómo el arzobispo de Toledo don Gómez Manrique, había hecho una iglesia de estilo Mudéjar, es decir, revoltura de árabe y español sobre las antiguas ruinas del palacio Mozárabe, que había sido construido en el año 847 y en esa construcción, estaba incluida la higuera en donde se había aparecido la Virgen, pero tengamos en cuenta que cuando la casa Santillana y el Infantado empezaron a proteger el Monasterio, la estructura cambió por completo y la casa quedó parecida al Escorial de la Sierra de Guadarrama cerca el pueblo de San Lorenzo, unos doscientos kilómetros al occidente de Sopetrán.
Pero también debemos hacer memoria del proyecto de don Íñigo y de su hijo el cardenal don Pedro González de Mendoza, que más tarde fue ejecutado por el Infantado.
Es bueno analizar las fotos que anexo, con el fin de ver el esplendor del Monasterio cuando estaba en su apogeo histórico.
Hay unas medidas que cita el autor Andrés Pastrana y que transcribo fielmente:
“La Capilla media 200 pies de largo, 87 de ancho, 73 de alto hasta la cornisa y el crucero era de 77 de largo y 73 de ancho”.
Heredia que conoció todo su esplendor dice:
“Tenía una sola nave con cinco capillas a cada lado, separadas por las pilastras y tenía un gran coro”.
Hay dos fechas que aparecen en las puertas principales: 1634 y 1640, que tal vez indican el tiempo de la última reforma.
Inserto en este interrogante una anécdota del padre Heredia, porque de ella nos tendremos que valer para justificar el nombre de nuestra parroquia de la Asunción de Sopetrán que con tanto honor llevamos: “En el año de 1640, fueron contratados los servicios de Fray Ricci (otros lo escriben Rizi), gran pintor de Madrid, para que pintara algunas obras de arte, con el fin de decorar la iglesia y entre las que pintó, estuvieron las siguientes: Nuestra Señora de la Asunción para el altar mayor; el Padre y el Espíritu Santo para el segundo cuerpo del altar mayor; la aparición de Nuestra Señora al infante Petrán para el lado del evangelio y el bautismo de Petrán para el lado de la Epístola.
Estos cuadros fueron destruidos en 1936 en la guerra.

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